Carla Bruni y Nicolas Sarkozy, en una imagen tomada en 2010, cuando todavía ocupaban el Elíseo. :: MARTIN BUREAU / AFP
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El matrimonio Sarkozy-Bruni se querella por unas escuchas ilegales

Un asesor del expresidente francés confiesa la autoría de las grabaciones a escondidas pero alega que se las han robado

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Nicolas Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, van a querellarse por la difusión de unas grabaciones de conversaciones privadas realizadas a escondidas por un estrecho colaborador del expresidente conservador francés durante su mandato entre 2007 y 2012. El recurso a los tribunales evita la amenaza de la apertura de una comisión de investigación parlamentaria contemplada por la mayoría gubernamental socialista ante un escándalo que conmociona a la oposición de centroderecha a tres semanas de las elecciones municipales.

Los abogados del matrimonio Sarkozy-Bruni anunciaron ayer la próxima presentación por la vía de urgencia de una demanda por violación de la intimidad de la vida privada, delito castigado con hasta un año de prisión y multa de 45.000 euros en el código penal francés. La iniciativa judicial pretende impedir la difusión de nuevos pasajes sonoros y que lo que ya se conoce como 'Sarkoleaks' se convierta en un culebrón por la filtración de las cientos de horas de escuchas ilegales que se sospecha pueden existir.

Los cinco extractos ya divulgados por el semanario Le Canard Enchaîné y el portal de internet Atlántico no contienen revelaciones espectaculares ni especialmente comprometedoras. Se trata de charlas desenfadadas en privado de Sarkozy con su mujer y colaboradores directos en las que se comenta la actualidad política, se critica a ministros o se hacen reflexiones intranscendentes sobre el día a día. «Yo te mantengo cuando pensaba que me casaba con un tío con buen sueldo», bromea Bruni con su marido en una de ellas.

El autor confeso de las grabaciones es Patrick Buisson, inspirador de la línea de derecha dura con la que Sarkozy conquistó el Elíseo en 2007 y lo perdió en 2012 cuando le dieron la espalda a los votantes arrebatados cinco años antes al ultraderechista Frente Nacional. Procedente de la extrema derecha católica y populista, el asesor que susurraba el rancio catecismo reaccionario a la oreja del presidente era su estratega electoral preferido e ideólogo intocable de la identidad nacional, el neoproteccionismo y la ruptura con las élites. «Hay muy pocas personas de las que se pueda decir 'si estoy aquí es gracias a ellas' y Patrick es una de esas», proclamó el ladrón de votos de Le Pen cuando impuso la Legión de Honor en el Elíseo al cerebro del robo organizado.

Buisson también se va a querellar, en su caso por robo de las grabaciones y uso malévolo pues niega la autoría de las filtraciones. Según el diario Le Monde, las sospechas se orientan hacia un ajuste de cuentas por parte de una mujer despechada que trabajaba a sus órdenes en la cadena temática de televisión Histoire, de la que el historiador y periodista es director.

Otra pista apunta a Georges Buisson, su hijo único, con el que también está enfadado por diferencias económicas. Pero éste niega con rotundidad ser la garganta profunda y asegura haberse limitado a copiar los archivos sonoros desde una grabadora digital a un disco duro. «Me lo pidió mi padre porque no sabía cómo hacerlo. Abrí uno de ellos al azar y escuché una reunión política», ha explicado. «Me dijo que era para un eventual libro y que siempre podría servirle», añade tras revelar la obsesión paterna por las grabaciones. «En casa siempre vi dictáfonos», dice.

Las grabaciones clandestinas afectan sobre todo a las reuniones confidenciales que Sarkozy mantenía en el Elíseo con su más restringido círculo de consejeros: un experto electoral, un politólogo, un publicista y dos negros que le escribían los discursos. En ellas se hablaba de imagen, estrategia y sondeos pero no de secretos de Estado, confían los participantes que se esfuerzan por hacer memoria para recordar los asuntos tratados con el presidente traicionado por su sombra.