El primer ministro polaco charla con Hollande, mientras Cameron conversa con Merkel y Matteo Renzi antes de la reunión. :: MICHEL EULER / AFP
MUNDO

La UE activa la vía de las sanciones

Los jefes de Estado y de Gobierno diseñan un calendario sancionador que podría provocar la peligrosa ruptura de su relación económica

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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«La tensión debe reducirse y si Rusia no da pasos para hacerlo, ello supondrá graves consecuencias para nuestras relaciones bilaterales». La Unión Europea, a través de su presidente, Herman van Rompuy, elevó ayer la presión internacional sobre Vladímir Putin para advertirle de que o recula en su arriesgada maniobra militar en Crimea o los Veintiocho, sin fisuras, están dispuestos a impulsar una batería de sanciones económicas que podrían desembocar en una peligrosa ruptura de relaciones comerciales y económicas entre la UE y la Federación rusa.

Los jefes de Estado y de Gobierno se reunieron ayer de forma extraordinaria en Bruselas para lanzar una clara advertencia al Kremlin de que no les templará el pulso a la hora de tomar medidas drásticas. Pese a todo, la UE, debido al influjo de líderes como Angela Merkel, François Hollande o incluso Mariano Rajoy, abogó por mantener la vía diplomática hasta las últimas consecuencias.

Acordaron de forma unánime dar a Putin una última oportunidad para que rebajar tensión en Crimea a través de medidas como la aceptación de la presencia de observadores internacionales, la creación de grupos multilaterales de trabajo 'ad hoc' y sobre todo, que «dialogue con el nuevo Gobierno democrático de Kiev», al que los Veintiocho mostraron un cerrado apoyo tanto político como económico dando su plácet inicial a un respaldo financiero de al menos 11.000 millones en los dos próximos años, como confirmó anoche el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.

«Crimea no es Escocia»

Y si Moscú decide seguir tomando decisiones unilaterales y «avanzar en la dirección equivocada», como recalcó Rajoy a la salida, la Unión comenzará a aplicar de forma inmediata una hoja de ruta sancionadora con tres niveles diferenciados que quedaron plasmados en el documento final de la cumbre. De momento, sólo se ha activado el primero, el más 'light': la suspensión de las negociaciones bilaterales sobre visados y libre comercio que siguen paralizadas desde 2010. Asimismo, los integrantes europeos del G-8 (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), confirmaron que suspenden la preparación de la cumbre que en primavera iba a celebrarse en la ciudad rusa de Sochi.

Si Putin no cesa en su política de hechos consumados en Crimea, la UE apostaría por las sanciones individuales con el embargo provisional de bienes o activos que altos cargos rusos tengan en la Europa o la no expedición de visados. Y ya en el tercer escalón, el más grave, el que nadie desea y todos confían en evitar, es la traumática ruptura de relaciones comerciales y económicas entre Europa y la Federación de Rusia. Una suerte de guerra económica entre dos gigantes en el XXI.

Como reconoció la canciller Angela Merkel, la decisión del Parlamento de Crimea de convocar un referéndum «ilegal» sobre la anexión de la península a Rusia «precipitó» el impulso sancionador de la UE. Tanto ella como el presidente del Reino Unido, David Cameron, negaron cualquier comparación entre lo sucedido en Crimea y la consulta prevista en Escocia porque en este segundo caso, «sí está avalado por la ley». Una férrea postura incluida en el documento final de conclusiones y que también defendió España con la mirada puesta en Cataluña. Merkel también rechazo la equiparación con Kosovo, al que «le precedió un largo proceso internacional en el que se analizaron una y otra vez diferentes opciones de negociación. En este caso -remarcó- se trata de un referéndum sin ninguna consulta con el Gobierno central de Kiey que se ha convocado sobre una base (legal y constitucional) que ni siquiera existe».

Muchos de los focos de ayer se los llevó el nuevo primer ministro ucraniano, Arsenly Yatseniuk, que recibió el respaldó político de una UE que busca firmar un acuerdo comercial con Kiev antes de la celebración de las elecciones ucranianas de mayo. Yatseniuk ofreció una rueda de prensa muy pasional en la que aseguró que Crimea no está en venta y que no durarán de ir a la guerra pese a estar en inferioridad de condiciones.