Fernández, en la valla. :: AFP
ESPAÑA

Telaraña y 'antitrepa', historia de un fracaso

Los obstáculos en las vallas de Ceuta y Melilla anunciados ya están en marcha y no han servido de casi nada

MADRID. Actualizado: Guardar
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El anuncio estrella de Jorge Fernández Díaz en sus visitas a Ceuta y Melilla ha sido la mejora de los vallados de ambas ciudades con malla 'antitrepa', un sistema que, solo en teoría, hace casi imposible escalar porque los inmigrantes no pueden introducir sus dedos para agarrarse y trepar. Pero eso, solo en teoría.

El proyecto de Interior ya está prácticamente cerrado y en algunas zonas lleva trabajándose en él desde hace semanas. Tendrá un coste de menos de tres millones de euros y pasa por instalar en la totalidad de los ocho kilómetros del perímetro de Ceuta y en los doce de Melilla las mallas 'antitrepa', unas planchas de alambre de acero de 1,4 milímetros de diámetro, con cuadrículas de 1,3 por 1,3 centímetros.

Este sistema ya está instalado desde octubre de 2013 en un tercio de la valla de Melilla, en los lugares donde son más habituales los saltos. Las placas se han situado a media altura de la valla más exterior, la que da a Marruecos. La idea del departamento de Fernández Díaz ahora es llenar de mallas 'antitrepa' los vallados interiores y exteriores. Desde arriba, hasta abajo.

Sin embargo, las mallas 'antitrepa', advierten los propios especialistas de la Guardia Civil e Interior, solo son un obstáculo más, pero en modo alguno son «infalibles» porque los inmigrantes las superan con largas escaleras o, simplemente, suben con la ayuda de cuerdas o escalas sin necesidad de meter sus dedos dentro de la malla.

El anuncio del ministro del Interior recuerda mucho al de un antecesor suyo, el socialista José Antonio Alonso, cuando en octubre de 2005 presentó en el Congreso las, también en teoría, impenetrables 'telarañas' de cables de acero -sirgas tridimensionales en el argot policial- que debían atrapar a los inmigrantes ala cercarse al perímetro.

Un dineral inútil

El Gobierno se gastó entonces casi 14 millones de euros solo en Melilla. Un dineral que no sirvió de nada porque las autoridades de Rabat se negaron a que las telarañas se montaran en su territorio e Interior optó por situarlas en medio de las dos vallas existentes, convirtiéndose en la tercera verja, pero sin efectividad porque los asaltantes caen desde arriba y no las deben afrontar de cara.

En realidad, la telaraña y las mallas 'antitrepa' se han mostrado tan ineficaces para combatir los asaltos como el resto de obstáculos instalados desde 1998, según admiten responsables de las fuerzas de seguridad. Nada ha parado las avalanchas. Ni las concertinas de cuchillas ni los flejes -alerones inclinados hacia la parte marroquí, que son al final usados como trampolín por los inmigrantes- ni las «bayonetas en prolongación de los postes» ni los aspersores de agua con pimienta, que nunca se han usado, ni la elevación de las vallas hasta los seis metros ni el triple vallado ni las alambradas ciclónicas en España ni las fosas y la doble alambrada de espino en Marruecos.