Miguel Carcaño, ayer, a su llegada al hospital. :: JAVIER CEBOLLADA
ANDALUCÍA

En la mente del asesino

Se le va a realizar la prueba del Potencial Evocado Cognitivo, basada en la teoría de que todo episodio relevante deja una huella neuronal Un equipo de neurólogos explora el cerebro de Carcaño para dar con el rastro del cuerpo de Marta del Castillo

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madrid. Hace ya tiempo que a Miguel Carcaño le traen sin cuidado los insultos y abucheos que le acompañan cada vez que da dos pasos por la calle. Ayer tarde, a la entrada del hospital Miguel Servet de Zaragoza, se volvió a repetir la escena. Una pancarta adornada por huellas de manos ensangrentadas en la que se leía «Carcaño asesino», le dio la bienvenida. Estaba demasiado lejos de él para verla. Carcaño, condenado a 21 años de prisión por matar a Marta del Castillo, ha roto esta semana su rutina carcelaria para someterse a un 'test de la verdad', una novedosa técnica -al menos en España-, con que la Policía intenta poner fin a la angustia de los familiares de la pobre chica, que a estas alturas del drama solo quieren encontrar lo que quede de ella para darlo tierra.

La prueba se denomina Potencial Evocado Cognitivo y se basa en el principio de que todo episodio relevante deja una huella neuronal en quien lo vivió. Con Carcaño, que accedió voluntariamente a participar en ella, se pretende que sirva para determinar el lugar donde se encuentra el cadáver de Marta, después de largos años de búsqueda infructuosa a partir de las diferentes versiones del crimen -de momento, siete- que ha ido ofreciendo.

La onda delatora

La clave de todo se encuentra en la onda cerebral P300, un impulso eléctrico que emite el cerebro 300 milisegundos después de que se le exponga a un estímulo (palabras, frases o imágenes). Si existe un recuerdo, la onda es más alta que si que si se trata de algo nuevo para el sujeto estudiado. En el caso de Miguel Carcaño, el equipo encargado de realizar el examen ha medido su respuesta neuronal, recogida mediante un casco de encefalografía, ante las fotos de los lugares en que se sospecha que podría encontrarse el cuerpo de su víctima. Se las han mostrado en la pantalla de un ordenador.

«No solo sirve para buscar, sino también para descartar dónde no hacerlo», ha explicado el neurólogo José Ramón Valdizán, quien ha dirigido el test de Carcaño. Este especialista, responsable hasta su jubilación, hace dos años, del servicio de Neurofisiología Clínica del Miguel Servet, es pionero en el empleo de esta técnica para resolver crímenes en España, que hasta ayer solo se había probado en una ocasión.

En realidad, Valdizán había estado utilizando esos mismos aparatos en el hospital durante dos décadas, aunque con un fin distinto: el tratamiento de casos de autismo o déficit de atención en niños. Él había seguido con interés las investigaciones y experimentos realizados por un colega estadounidense, Lawrence Farwell, quien lleva colaborando con la Justicia desde el año 2000, y propuso seguir sus pasos para esclarecer la desaparición y posible homicidio de una mujer en el pueblo zaragozano de Ricla.

Todo parece indicar que Antonio Losilla acabó con su esposa, Pilar Cebrián, en abril de 2012. Los investigadores sospecharon de él porque tardó casi un mes en denunciar su desaparición y enseguida empezó a buscar pareja a través de internet. Meses después, un agricultor encontró una bolsa que contenía una cabeza y, a su alrededor, huesos desperdigados. Solo hizo falta un poco de presión para que Antonio confesase que había descuartizado a Pilar, aunque el análisis de los restos demostró que aquéllos pertenecían a otra desgraciada.

Valdizán propuso escarbar en la memoria de Antonio Losilla, aunque antes fue necesario convencer al juez. Lo logró con una demostración: realizó la prueba con dos policías; uno conocía todos los detalles de la investigación, y el otro los ignoraba. Los resultados fueron claros y reflejaron que el primero guardaba en su mente toda la información del caso.

El pasado mes de diciembre, Antonio Losilla hizo el test, pero las conclusiones que se obtuvieron siguen protegidas bajo secreto de sumario, así que no hay forma de saber si la experiencia fue o no un éxito. En el asesinato de Marta del Castillo se espera que los expertos tarden unas dos semanas en analizar los datos obtenidos. No se puede decir que suponga mucho tiempo para unos padres que ya llevan cinco años esperando a su hija.

Pionero. José Ramón Valdizán ha sido el primero en importar esta técnica, que se empezó a emplear en EE UU y ya se utiliza de forma generalizada en Japón (5.000 casos al año).

No es la máquina de la verdad. Este test mide la respuesta cerebral, mientras que el polígrafo registra variaciones en la frecuencia cardiaca y respiratoria y resulta más fácil de engañar.

Un éxito. Sirvió como prueba para dejar en libertad a Terry Harrington, que pasó 23 años preso en EE UU por un crimen que no cometió.