Ryanair despidió a un tripulante de cabina por comerse un bocadillo sin pagarlo
Actualizado: GuardarEl Tribunal Supremo ha declarado que no es competente para revisar si Ryanair respetó la legislación española cuando despidió hace tres años a un tripulante de cabina por haberse comido un bocadillo del menú de abordo para los pasajeros, sin pedir antes autorización a su superior ni pagar su precio.
La normativa de la compañía imponía al personal de vuelo dichas obligaciones, pero Juan Francisco M. M. no lo hizo así cuando el 12 de diciembre de 2010 consumió uno de los emparedados sin seguir el procedimiento. Un bocadillo de jamón y queso con tomate cuesta 5,5 euros, según el folleto de la aerolínea.
El resultado fue un despido disciplinario casi fulminante -se resolvió en poco más de 30 días (enero de 2011)-, medida contra la que el afectado presentó recurso ante la jurisdicción social española, que ha entendido ahora que el caso corresponde a su homóloga irlandesa.
Empezó a trabajar en Ryanair en junio de 2007 y fue encadenando contratos temporales. El último vencía en junio de 2013 y conllevaba un sueldo de 20.070 euros al año para un trabajo como auxiliar de vuelo en los aviones con base en el aeropuerto de Oslo (Noruega).