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Moscú activa una poderosa maquinaria de propaganda

SEBASTOPOL. Actualizado: Guardar
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Ni en la época soviética llegó a funcionar un aparato propagandístico para justificar lo injustificable tan demoledor como el lanzado ahora por los medios de comunicación rusos al servicio del Kremlin. Los argumentos esgrimidos por las autoridades rusas para justificar la intervención militar en Crimea (ilegitimidad y extremismo del Gobierno de Kiev y supuestos ataques a los derechos de los rusohablantes) son ilustrados con imágenes reiterativas de hechos aislados o con simples montajes, como el de la supuesta muerte de militares rusos la semana pasada en Simferópol junto al edifico del Consejo de Ministros de Crimea. La solicitud del pasado sábado del presidente Vladímir Putin para que el Consejo de la Federación (Cámara alta) le autorice a invadir militarmente Ucrania debió estar influenciada por el vídeo aparecido en el espacio televisión Vesti, en el que extremistas armados supuestamente llegados del Maidán de Kiev tirotean a soldados rusos.

En la rúbrica dedicada a la crisis ucraniana, el canal Rossia-24 muestra repetidamente imágenes de los miembros de las unidades de autodefensa en la plaza de la Independencia de Kiev, arrojando cócteles molotov a los antidisturbios y llevando a cabo todo tipo de actos de violencia. También del momento cuando, la semana pasada, diputados de la Rada Suprema (Parlamento) acudieron al Maidán para consensuar las candidaturas para la formación del Gobierno. De ahí que, según Moscú, las nuevas autoridades de Kiev no sean legítimas, porque «se han plegado a los deseos de los extremistas».

Los medios afines a Putin agitan el fantasma de ultraderechistas llegando desde Kiev y el oeste de Ucrania hacia la parte rusófona del país para emplearse a fondo con quienes no hablen el ucraniano. Toda esa pandilla de «radicales» que han perpetrado en Kiev un «golpe de Estado» derribando al presidente legítimo, Víctor Yanukóvich, cuenta además con la ayuda de parte de la Unión Europea y, sobre todo, de Estados Unidos, el Imperio, como lo denomina también, Nicolás Maduro.

Como dijo ayer en Ginebra el ministro de Exteriores rusos, Serguéi Lavrov, «los que han tomado el poder en Ucrania están imponiendo su victoria para atacar los derechos fundamentales de los rusos. Hay que defenderse de esa agresión». Su homólogo ucraniano, Yuri Klimenko, le respondió que «la minoría rusa en Ucrania no sufre ninguna discriminación ni agresión, al contrario, ese argumento se está usando como justificación para llevar a cabo un verdadero acto de agresión».

En agosto de 2008, las tropas georgianas entraron en Tsjinvali (Osetia del Sur) disparando cohetes 'grad', lo que dio lugar a una intervención militar de Rusia y a la anexión de ese territorio georgiano y también de Abjasia. Pero esta vez en la parte prorrusa de Ucrania nadie ha sido asesinado por el momento ni se han producido incidentes en ningún sitio por que a alguien se le haya prohibido supuestamente hablar en ruso. Sin embargo, la histeria en muchos medios de comunicación rusos agitada por Putin va en aumento y más ahora cuando se observa la indignación en Occidente y se empiezan a lanzar amenazas de sanciones.