Valenciano insta al PSOE a pelear las europeas de mayo como unas generales
La número dos socialista y cabeza de cartel del partido se prepara para ocupar mayor espacio respecto a Rubalcaba de aquí al 25 de mayo
MADRID. Actualizado: GuardarLa número dos del PSOE, Elena Valenciano, tiene asegurado un escaño en el Parlamento Europeo tras las elecciones del 25 de mayo, pero ella misma ha puesto muy alto el listón de la candidatura que encabezará tras haber recabado, con paciencia y en silencio, el apoyo del grueso del partido, desde los poderes territoriales a los aspirantes a las primarias pasando por las 'vacas sagradas' sin voto, pero aún con potente voz. Su objetivo es sacar a los socialistas la espina del demoledor resultado cosechado en las legislativas de 2011. «Estas elecciones -insistió ayer- hay que tomárselas casi como una elecciones generales en las que España es una circunscripción más».
Es el mismo mensaje que hace apenas dos semanas trasladó a los secretarios provinciales de su formación en un encuentro en Ferraz. Y no es pedir poco. Las organizaciones territoriales, vitales a la hora de trasladar tensión electoral al votante, quedaron también muy dañadas en las municipales y autonómicas de hace casi tres años, en las que los socialistas perdieron unos 2.200 concejales, se hundieron en las ciudades de más de 50.000 militantes y sin apenas control en las diputaciones provinciales. Así que los comicios serán también una prueba de fuego para ellos.
Primarias
El principal partido de la oposición, sin embargo, cree que el desgaste del Gobierno puede jugar a su favor. «Hace un año estábamos tratando de recomponernos, pero ahora -sostiene un barón afín a Ferraz- son ellos los que tienen problemas de cohesión interna». En un partido como el PSOE nunca se puede hablar de paz definitiva, pero lo que sí es cierto es que la seguridad de que en noviembre habrá primarias abiertas para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno y la proximidad del primer reto electoral han logrado un 'prietas las filas' que hace pocos meses parecía casi imposible.
Valenciano, que ayer protagonizó un acto en Madrid junto a un líder que hasta ahora no se había caracterizado precisamente por poner las cosas fáciles al equipo de Rubalcaba, Tomás Gómez, aprovechó la ocasión para exhibir unidad y horadar en los conflictos del PP; en particular, en el boquete abierto por la ruptura de Jaime Mayor Oreja, actual número uno del PP en la Eurocámara, con la dirección del partido tras la creación de Vox, la formación a la que se sumó el referente de la lucha antiterrorista José Antonio Ortega Lara. «Buscan candidatos, buscan programa y buscan ideas, pero no las encuentran», ironizó.
Ella, que no ha tenido precisamente una tarea fácil como lugarteniente de un líder permanentemente en la picota desde su nombramiento, puede respirar ahora tranquila si de lo que se trata es de apoyos internos. Tras hablar uno a uno con los aspirantes a las primarias, incluida su antagonista, Carme Chacón, con la que mantuvo una conversación telefónica el mismo día en el que la ejecutiva del partido aprobó su designación como cabeza de lista, tiene garantizado que nadie remará en la dirección contraria. Aunque eso signifique también más presión sobre sus espaldas. Porque en los próximos meses le va a tocar asumir un protagonismo sin parangón.
Una vez cumplido su papel principal en el Debate sobre el Estado de la Nación -quizá el único de los grandes discursos parlamentarios en el que de verdad concitó el entusiasmo incluso de sus críticos- Rubalcaba saldrá de foco. La presencia de los secretarios generales en las campañas electorales, junto al candidato de turno es habitual, pero la dirección del partido entiende que Valenciano tiene suficiente peso específico como para necesitar ese apuntalamiento.
Los 'protocandidatos' a las primarias, como les gusta llamarlos a algún dirigente, también tendrán un espacio muy medido. Todos se atienen a la orden de no mover ficha de manera expresa, pero son muchos los territorios que los reclaman y el dato de su número de actos se mirará, casi con toda seguridad, con lupa para evaluar ánimos.