Orlando posa junto al árbol que tiene en el patio de su casa. :: C. C.
SAN FERNANDO

El primer árbol singular de La Isla

Está incluido en el catálogo municipal con el 'registro 001' y a pesar de ello apenas cuenta con protección, incluso sentencias condenan a su podado continuo Un isleño lucha por mantener un ficus de grandes dimensiones que está en su patio

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Si estuviera a la simple vista, como ocurre con el que se encuentra situado en lo que era el antiguo hospital de Mora de Cádiz (ahora Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales), quizás nadie discutiría su importancia, su belleza y la necesidad de conservarlo. Incluso habría que mover montañas de papeles, firmar cientos de autorizaciones y realizar decenas de estudios antes de llevar a cabo cualquier actuación en sus inmediaciones.

Pero este ficus de 200 años se encuentra en un patio particular. A pesar de lo imponente que resulta cuando se está cerca de él, no se puede apreciar a pie de calle, lo que hace que esté en el olvido y que nadie repare en él. Casi nadie, ya que el árbol tuvo la suerte de encontrarse con Orlando Blanco, un isleño que compró la casa al quedarse prendado por esta «maravilla de la naturaleza». Fue hace más de 15 años. Él acudió a la vivienda y si no hubiera sido por el ficus seguramente viviría entre otras paredes.

«Me estaba adentrando en esos momentos en un lugar casi inhabitable, sumamente espectral y sin instalación eléctrica. Por el foco de una pequeña linterna podíamos ver los muebles, cuadros y libros , todos ellos llenos de polvo y esperando a su traslado en el momento que la casa pasara a un nuevo dueño. Mi último recorrido fue al patio de la casa. Un ruido susurrante de hojas me señalaba que un árbol gigantesco estaba entre nosotros. La luz de la linterna intentaba enfocarlo y solo conseguía iluminar pequeños trozos».

Fue suficiente. A partir de ahí se convirtió en el defensor más acérrimo del ficus, hasta el punto de solicitar su nombramiento como 'Árbol Singular' por parte del Ayuntamiento de San Fernando. Lo consiguió en 2010, una vez que se verificó su importancia. En un primer momento su edad elevada, más de 200 años. Es decir que ya era testigo de la defensa ante los franceses y de los debates a pie de calle de las libertades y derechos que se pretendían promulgar en la primera constitución de España.

Por otro lado se comprobó su «porte notable, su biomasa por encima de los parámetros habituales de la especie y su belleza de conjunto». El árbol cuenta con una altura de 30 metros con un tronco de 13 metros, unas raíces que se estima que ocupan 50 metros cuadrados y una copa de unos 200 metros cuadrados. Y la belleza se la dotan las raíces adventicias que han escondido su tronco primigenio y que lo dota de un aspecto peculiar.

«Ahora mismo se pueden ver cómo caen nuevas raíces adventicias que se posicionarán y servirán para aguantar el peso de las ramas que crecen. Como está rodeado de edificios ha tenido que buscar la luz y por eso no es achaparrado. Yo creo que en unos años llegará a los 15 metros», expone Orlando. Por todo ello se encuentra incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de San Fernando, con el registro número 001, convirtiéndose en el primer 'Árbol Singular' de la ciudad.

Batalla legal

Pero ello no ha evitado que se encuentre inmerso en una batalla legal, pues los propietarios del bloque de viviendas colindantes denunciaron la invasión de su espacio por parte del árbol. Una sentencia hace que Orlando se vea obligado a realizar podas continuas y ello sin que desde el Ayuntamiento se remita informes técnicos o se preste algún tipo de asesoramiento.

Con ayuda de amigos y familiares lo intenta «domar», una tarea que no es sencilla debido a sus dimensiones. «Muchos me han dicho que me deshaga de él, que me quite de problemas, pero si siempre actuáramos de esa forma qué sería del planeta». Un árbol de una estampa que impresiona a cuantos lo ven, con 200 años, tapado entre edificios y en las manos de un solo hombre.