Una ocasión de dar a conocer Cádiz

La ciudad de Cádiz inaugura esta tarde una nueva edición de su mayor exhibición. En ningún otro momento del año recibe mayor cantidad de personas, de visitantes, concentrada en menos tiempo. Serán decenas de miles los que lleguen para disfrutar de su fiesta, en la noche grande para un turista ocasional, joven y que llega atraído por una leyenda de exceso que acompaña a todo carnaval. El gaditano es el más grande de Andalucía, uno de los más destacados de España y Europa. Tiene que pagar ese peaje de masificación, exageraciones, suciedad y algo de inseguridad. Pero con el deseo, casi el rezo, de que no suceda nada grave hay que recordar que todas las celebraciones multitudinarias (de Sanfermines a las grandes ferias, incluso los grandes eventos) arrastran este tipo de servidumbres. Un enorme dispositivo de profesionales en seguridad, sanidad y transportes velarán porque esta parte inevitable de la fiesta se quede sin más trascendencia que las reparables. Otro gran sector, el de la hostelería y el turismo, tiene en cambio una misión opuesta, la de ofrecer una imagen positiva que sirva para que los llegados para pasar unas horas regresen con ganas de volver para vivir unos días más sosegados. A pesar de todas las dificultades económicas, del mal pronóstico climatológico, de las limitaciones geográficas que tiene la ciudad, está en disposición de aprovechar esa oportunidad. Aunque son horas complicadas para mostrarlo, Cádiz cuenta con una historia, un encanto y una peculiaridad que tiene poca comparación con el resto de capitales y grandes poblaciones de Andalucía. Durante unas horas estará en el foco, en la miradas de muchos miles, y haría bien en sacar el mayor beneficio posible a esa posibilidad.