La canciller Angela Merkel y el expresidente Nicolas Sarkozy charlaron durante una hora en su reencuentro en la Cancillería. :: REUTERS
MUNDO

Sarkozy se deja querer en Berlín

El expresidente recrea durante una hora con Merkel sus tiempos en el eje franco-alemán y alimenta la especulación de su vuelta a la política

BERLÍN. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con un envidiable bronceado de playa y un humor excelente. Así reapareció el expresidente francés Nicolas Sarkozy en Berlín, convertido ya en apariencia en un político jubilado. Sin embargo, los rumores en torno a la posibilidad de que trate de retornar al palacio del Elíseo añadieron un interés inesperado a su visita a la capital alemana, donde fue recibido en la Cancillería federal, en una cita de carácter privado, por su antigua media naranja al frente del eje franco-alemán, la jefa del Gobierno, Angela Merkel.

Aunque la cita se extendió casi una hora, frente a los 30 minutos previstos, el contenido de la conversación no fue revelado por la oficina de la canciller. Según la misma fuente, el reencuentro de la pareja 'Merkozy' tuvo lugar con conocimiento del presidente francés, el socialista François Hollande. De lo contrario, la cita podía haber sido considerada una afrenta por el actual jefe del Estado galo y enemigo acérrimo de Sarkozy.

El motivo oficial del viaje a Berlín era la presentación en la Fundación Konrad Adenauer, próxima a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, del nuevo libro del expresidente del Parlamento Europeo Hans Gert Pöttering. Sarkozy presentó la obra,'Para nuestra suerte estamos unidos-Mi camino europeo', y aprovechó, sobre todo, para promocionarse y alimentar aún más las especulaciones sobre su retorno. Una cadena francesa de televisión transmitió en directo e íntegro su discurso. Como si hubiese recuperado el cargo perdido, Sarkozy habló de los retos de Europa y la superación de la crisis de Ucrania. No ahorró advertencias ni consejos para afrontar los problemas actuales.

Exigió de sus antiguos colegas que «asuman responsabilidades de una vez por todas» y «hablen con una sola voz». Como alma gemela de Merkel y al igual que ésta en su discurso de la víspera ante el Parlamento británico, Sarkozy subrayó que «ahora mas que nunca debemos decidirnos por Europa» y más aún cuando la idea europea es objeto de críticas por formaciones euroescépticas ante las inminentes elecciones a la Eurocámara. «Debemos concentrarnos en lo fundamental» para reconquistar los corazones de los ciudadanos, dijo el político conservador, quien también animó a «no conducir a nuestros empresarios a la desesperación con normativas sin sentido». Hubo más consejos: «La Europa con 28 miembros necesita estructuras eficientes de decisión» o «debemos asumir responsabilidades y plantear a Ucrania y Rusia propuestas de cooperación», cuando se refirió a la crisis más grave en el Viejo Continente. «No hay nada peor que un enfrentamiento inútil con Rusia», resumió.

Baños de masas

Despedido con una salva de aplausos en el Allianz Forum junto a la Puerta de Brandeburgo, Sarkozy dio la impresión de ambicionar el retorno al poder, por mucho que lo desmienta una y otra vez. Tras su derrota electoral hace dos años frente a Hollande, el político conservador vuelve a darse baños de masas, aunque sea acompañando a su esposa, Carla Bruni, en su gira musical por Francia. En el encuentro informal con Merkel en Berlín ambos parecían añorar tiempos pasados. La falta de candidatos carismáticos en su partido, la UMP, podría deparar en el futuro que las visitas de Sarkozy a Berlín sean de nuevo oficiales si decide volver a ser presidenciable y logra arrebatar el poder a quien se lo quitó hace dos años.