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Benedicto XVI asegura que las dudas sobre la validez de su renuncia son «absurdas»
ROMA. Actualizado: GuardarBenedicto XVI ha pasado un año escondido, tras su histórica renuncia del 28 de febrero de 2013, pero ya no lo está tanto. Cada vez menos. El sábado salió literalmente de su retiro para participar por primera vez en una ceremonia pública en la basílica de San Pedro, el consistorio de nombramiento de nuevos cardenales, y coincidió con Francisco. Era la primera vez que se veían en público. Ese gesto ha marcado algo así como el fin de una clausura mediática, necesaria tras el impacto, casi traumático, de su dimisión. Ahora, al cumplirse un año, la sorpresa parece asimilada y quizá se abra una fase nueva de paulatino regreso al escenario público. La prueba es una nueva carta que ha dirigido al diario La Stampa, divulgada ayer. Es la segunda que se difunde, tras la que envió al matemático ateo Piergiorgio Odifreddi. La misiva es breve y muy sencilla, y parece responder a un simple acto de cortesía de Ratzinger. El vaticanista del diario, Andrea Tornielli, le escribió una carta con tres preguntas el pasado 16 de febrero, con algunas cuestiones que están aún en el aire cuando se llega al primer aniversario de su retiro. Recibió la respuesta a los dos días.
«No hay la más mínima duda sobre la validez de mi renuncia al ministerio petrino. Única condición de la validez es la plena libertad de la decisión. Las especulaciones sobre la invalidez de la renuncia son simplemente absurdas», replica Ratzinger sin rodeos. Concluye rotundamente que no hay «ninguna diarquía», un doble gobierno o autoridad, al frente de la Iglesia católica.