El asesino de Rigby morirá en prisión

Los dos jóvenes convertidos al islam que asesinaron en mayo de 2013 a cuchilladas a un soldado inglés, al que previamente habían atropellado voluntariamente, en las calles de Londres, fueron sentenciados ayer a cadena perpetua y a un mínimo de 45 años de cárcel. La familia del soldado dijo en una declaración leída por un policía que era la única sentencia posible. El juez Nigel Sweeney tenía que fallar ayer el crimen de Michael Adebolajo, de 29 años, y Michael Adebowale, de 22, a quienes un jurado ya había encontrado culpables tras estudiar lo que el magistrado describió como «pruebas abrumadoras». Abundantes imágenes del asesinato fueron estudiadas en el tribunal. «Imágenes», dijo la viuda de Rigby, «que ningún hijo tendría que soportar».

Adebowale no habló durante las vistas del juicio porque había sufrido un colapso nervioso en prisión, en el último episodio de un largo historial de problemas de salud mental. Pero ayer se unió a su cómplice para protestar desde el banquillo. «¡Eso es mentira!», gritó al juez cuando éste leía que el asesinato «fue una traición del islam». Adebolajo gritó: «¡Alá es grande!». Se negaron a callar y escuchar el veredicto en pie, se resitieron a los guardias de seguridad que intentaban someterlos. Fueron finalmente sacados por la fuerza del tribunal. En el exterior, miembros de grupos racistas pedían la restauración de la pena de muerte y se enfrentaron a la Policía. Dos personas fueron detenidas.

El abogado de Adebolajo, David Gottlieb, dijo que su defendido quiso morir resistiéndose a la Policía tras asesinar a Rigby y que la sentencia corre el peligro de «crear un mártir» que «no es tan depravado o perverso como para ser incapaz de redención». El juez había aclarado en su sentencia que este es «uno de esos raros casos» que merecen una cadena perpetua.