MUNDO

My Lai y otras aniquilaciones

Los asaltos de la banda recuerdan a los grandes crímenes masivos, donde se busca el mayor rédito posible y la exhibición de músculo militar

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Hace cuarenta y cinco años, la opinión pública mundial conoció, la desaparición de My Lai, poblado vietnamita a una distancia equidistante entre Hanoi y Saigon. Los 500 habitantes de esta aldea habían sido masacradas el año anterior por tropas estadounidenses. Todos, hombres, mujeres, niños y ancianos, fueron asesinados, los ganados, sacrificados, sus chozas, incendiadas.

El castigo de poblaciones civiles en tiempos de guerra es una práctica frecuente, pero el intento de privar al rival del apoyo en retaguardia no explica acciones donde el sadismo se despliega sin posibles coartadas. My Lai es tan sólo un capítulo en la lista de crímenes masivos con hitos como la matanza de la comuna francesa de Oradour sur Glane, perpetrada por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, o la Dos Erres, en plena guerra civil guatemalteca. También destacan el ataque con armas químicas a Halabja en Irak o las incursiones israelíes a los campos de refugiados de Chabra y Shatila, al oeste de Beirut.

Los asaltos de Boko Haram prosiguen esta inveterada tradición sumando a la intimidación el atractivo que suponen para los medios de comunicación. Los asaltos, cuidadosamente planificados, parecen buscar el mayor rédito posible, la exhibición de músculo militar ya sea golpeando relevantes instalaciones militares o mediante la irrupción en asentamientos civiles.