Miembros de Izquierda Plural, con su mosaico de camisetas de colores. :: MARTA JARA
ESPAÑA

Los diputados de la Izquierda Plural ponen el color al debate

Acudieron ataviados con las camisetas de diez de las mareas de protestas contra las políticas del Gobierno

MADRID. Actualizado: Guardar
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La primera jornada del Debate sobre el estado de la Nación se desarrolló en torno al guión previsto: un presidente que defiende los logros de su gestión entre atronadoras ovaciones de sus filas y una oposición que en su turno de palabra le ataca por todos los flancos con el fin de desgastarlo. Y, mientras tanto, los diputados de uno y otro signo aplauden y abuchean al orador de turno a parte iguales.

La nota de color de este año la pusieron los diputados de la Izquierda Plural. Todos ellos acudieron ataviados con las camisetas de algunas de las 'mareas' reivindicativas que recorren España contra los recortes. Verdes, blancas, azules, rojas... Así hasta diez, cada una de ellas por la educación, la sanidad, la minería, la justicia... El gesto, comentaron después sus protagonistas, buscó «denunciar las políticas malvadas de este Gobierno».

El atuendo de los diputados de la izquierda contrastó con el discurso de presidente Mariano Rajoy. «Sin caer en triunfalismos» enumeró una batería de datos macroeconómicos que, según el jefe del Ejecutivo, ponen de manifiesto que España ya transita por la senda de la recuperación.

No obstante, el mensaje del presidente no dio la sensación de calar entre los centenares de trabajadores de la embotelladora de Coca-Cola que desde primera hora de la mañana protestaron frente al Congreso por la pérdida de sus puestos de trabajo.

Sí discurrió conforme marca la tradición el arranque del debate. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llegó a su escaño un minuto antes del mediodía. Lo hizo abriéndose paso entre una multitud de cámaras, a las que, ya sentado, dirigió una sonrisa un tanto forzada quizá por eso de salir bien en la foto. La escena fue observada desde lo alto por la esposa de Rajoy, Elvira Rodríguez. La 'primera dama' siguió la intervención matinal de su esposo junto al presidente autonómico Pedro Sanz.

Nutrida presencia

El de La Rioja no fue el único barón popular en respaldar con su presencia el discurso de su jefe de filas. Junto a él escucharon atentamente el debate el madrileño Ignacio González; el valenciano,Alberto Fabra; o la aragonesa Luisa Fernanda Rudi. Entre los dirigentes más buscados por las miradas de los curiosos estuvo María Dolores de Cospedal. La secretaria general del PP, al que muchos discuten su liderazgo en el seno del partido, se ausentó por de la sesión de la mañana al tener que acompañar a la Princesa de Asturias durante un acto oficial. Sí estuvo por la tarde. Como también hizo acto de presencia el 'díscolo' José Antonio Monago. Sin duda, una ausencia injustificada del presidente extremeño hubiera vertido ríos de tinta.

Lo más interesante, también como manda la tradición, llegó después de comer con la intervención del jefe de la oposición. El enfrenamiento entre Rajoy y Rubalcaba ahuyentó las apetencias de siesta que pudiera padecer cualquier presente en el hemiciclo. El intercambio de golpes fue continúo, a veces despiadado, y, cómo no, estuvo jalonado por los vítores de la bancada de ambos lados. Una batalla que por simple cuestión numérica siempre cayó del lado de las 185 gargantas del PP frente a las 110 socialistas.

Mientras a Rubalcaba se le aplaudió con entusiasmo por su izquierda cuando se refirió a la trama 'Gürtel', exigió una investigación por la muerte de 15 inmigrantes en Ceuta o denunció la precariedad laboral, la derecha de Rajoy hizo lo propio cuando su líder tachó de mentiroso al socialista o le culpó de haber legado un país en bancarrota.

Las palabras de sus jefes de filas dieron oportunidad a algunos de los diputados a repetir otro clásico. La de interrumpir a gritos al adversario. Una actitud más propia de un campo de fútbol que el de una cámara que representa a todos los españoles pero que se repite año tras año. También como manda la tradición.