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Flamencos y flamenco

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Hace muchos años mis ancestros vivían en Flandes. Tengo sangre flamenca y quizás por ello me apasionan tanto las bulerías de Jerez. Antes todavía, la Monarquía Hispánica poseía esas tierras que se denominaban Países Bajos. Hubo de crearse el llamado 'Camino español' como ruta terrestre para que Felipe II pudiera llevar dinero y tropas hasta esos confines. La ruta fue utilizada por vez primera en 1567 por el Duque de Alba y el último ejército español que la transitó lo hizo en 1622. Los rebeldes flamencos habían decidido acogerse a una religión que era más acorde a su estilo de vida y a su actividad económica, oponiéndose al dios que desde el sur trataban de imponerles. El rey de España prefirió desprenderse de sus territorios y asumir la muerte de muchos compatriotas, antes que reinar sobre herejes. Una monarquía poco práctica. Nada que ver con la practicidad del modelo ahora propuesto por los democristianos flamencos. Extraño caso de nacionalismo centrífugo, en el que el partido más votado es el que busca o buscaba la independencia. Proponen la confederación para separarse sin riesgos, dada la posibilidad real de quedar fuera de la UE en caso contrario. CiU de Mas ha intentado poner una pica en Flandes, pero desconociendo las diferencias insalvables que separan ambas regiones europeas. Peeters, líder del NVA insiste ahora que su partido no es independentista, sino que defiende una Europa donde «el centro de gravedad ya no esté en los Estados, sino en las regiones».

HACE es el acrónimo de una importante empresa hostelera de sangre flamenca. Hace muchos años vinieron dos flamencos a Rota. Ahora entre Rota, El Puerto, Jerez y los Barrios, los flamencos han tomado posiciones y se han multiplicados. Hace dos días se producía la entrega de testigos entre dos cónsules flamencos que representan a su país, Bélgica, con todo el honor y patriotismo capaz de profesar. Los conozco desde época inmemorial y he tomado buena nota de muchas cosas de ambos. Pero me quedo con un dicho que repite de forma insistente mi buen amigo Jan: «Vivimos en un territorio bañado por dos mares y eso es trascedente». Caroline asiente siempre los sabios consejos del honorable y honorífico ahora cónsul de Bélgica en España. Ellos son flamencos y belgas. Yo soy un cuarto y mitad de flamenco y las mujeres que habitan mi casa son flamencas de pura cepa. Cuando bailan por bulerías ponen una pica en Flandes. El flamenco es universal, los flamencos también.