Unas grabaciones permiten reabrir la 'Gürtel' andaluza ocho años después
La Fiscalía investiga el papel de la alcaldesa popular del municipio de Bormujos en una polémica moción en 2005
SEVILLA. Actualizado: GuardarUn bolso de Loewe trae de cabeza a la alcaldesa de Bormujos (Sevilla), Ana Hermoso (PP), citada esta semana a declarar como imputada por su papel en la polémica moción de censura que en 2005 arrebató al PSOE la alcaldía de este municipio del área metropolitana para devolvérsela a un partido independiente. El cambio del alcalde se produjo justo después de que éste frenara los ambiciosos planes urbanísticos que su antecesor había aprobado para la expansión de la localidad. Las grabaciones facilitadas ahora a la Fiscalía por un empresario vinculado a la red 'Gürtel' que auspició la moción han permitido, ocho años después, reabrir un caso de compra de votos archivado por falta de pruebas.
Las cinco conversaciones que obran en poder de la Fiscalía son reveladoras. Han supuesto la imputación por cohecho de la actual regidora, un delito que no habría prescrito dado que en el caso de los cargos públicos este plazo se amplía hasta los diez años. Ella niega rotundamente los hechos, aunque en una de las grabaciones Hermoso, que en 2005 era la única edil que tenía el PP, habla con el empresario Eusebio Gaviño, primo del anterior alcalde Baldomero Gaviño, y reconoce que le regalaron un lujoso bolso de unos 1.000 euros a cambio de su voto en la moción de censura. Un regalo «muy mono» pero poca cosa, a su parecer, en comparación con las prebendas económicas «grandiosas» que habrían recibido los otros ediles que participaron en la operación. En la conversación entre ambos, la actual alcaldesa además hace referencia a que fue un potente grupo empresarial de Madrid quien cargó económicamente con los gastos de dicha moción.
Por si fuera poco, las grabaciones sacan a la luz otro pelotazo urbanístico, esta vez en el cercano Bollullos de la Mitación (Sevilla), que además de a Gaviño apunta al expresidente del Sevilla F.C. José María del Nido, socio propietario de un solar que el ayuntamiento enajenó y que tras ser convenientemente recalificado para doblar su superficie edificable fue adquirido por otra empresa y vendido por un precio nueve veces mayor. A cambio de la recalificación, el exdirectivo futbolístico, según Gaviño, habría pagado jugosas comisiones a altos cargos del PP en la provincia.
La pieza clave en esta trama es el empresario Eusebio Gaviño, a quien algunos atribuyen un afán de venganza por la filtración de las conversaciones tanto tiempo después. También ha sido citado a declarar ahora por el juez, pero ya en calidad de testigo, dado que en su caso sí habría prescrito cualquier posible delito. Gaviño, que reconoció haber puesto en contacto a la red 'Gürtel' con los políticos de Bormujos, acaba de ver además como el Tribunal Supremo le ha ratificado la condena a un año y dos meses de prisión por el intento de compra de la voluntad de otra concejal en Camas, un caso similar que saltó pocos meses después de Bormujos.
Maletines
Los tejemanejes de este peculiar empresario hay que circunscribirlos a una época, 2005, en pleno auge del 'boom' inmobiliario, y en una zona, el Aljarafe sevillano, que siempre estuvo en el punto de mira por ser la expansión natural de la capital hispalense. Bormujos había ideado un planeamiento con una expansión del 115% que incluía zonas de chalés y un proyecto de ciudad sanitaria de lujo. El regidor que amparaba esos planes era Baldomero Gaviño, de la Agrupación Independiente La Paloma y en el poder desde 1991. En 2003, tras sufrir su partido una grave escisión, perdió las elecciones frente al PSOE de Juan Antonio Iglesias, que solo conservó la alcaldía 18 meses. Iglesias siempre aseguró que su caída fue fruto de una «trama urbanística y económica» porque su antecesor quiso hacer urbanizable todo el municipio y él lo impidió.
En la moción fue decisivo el voto de la edil del PP Ana Hermoso, quien en 2007 se alternó en la alcaldía con Gaviño hasta que en 2011 consiguió la mayoría. También fue clave el apoyo del tránsfuga José Sánchez, antiguo miembro del partido de Gaviño (llegó a ser su secretario) y que durante la campaña, ya distanciados, no dudó en desvelar el trasiego de constructores con maletines hacia el despacho del alcalde. Pese a ello, cambió de opinión y contribuyó a devolver el bastón de mando a su exjefe. Sus compañeros en la nueva formación, quienes llevaron el caso a la justicia, denunciaron que habían recibido un intento de soborno por 840.000 euros «para hacer algo gordo», la misma cantidad que habría llegado para Sánchez. Ellos no aceptaron, pero la Justicia no pudo probar que Sánchez sí lo hiciera y archivó la causa que ahora podría tomar un nuevo rumbo.