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Obama esconde al Dalai Lama para calmar a China

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Esta vez no hubo una foto robada del Dalai Lama abandonando subrepticiamente su reunión con Barack Obama por la cocina de la Casa Blanca. Ni siquiera se anunció el encuentro hasta la tarde anterior. Fue a puerta cerrada. Tampoco hubo comunicado alguno. Esa era la solución de compromiso alcanzada para contener la iracunda reacción de China, que exigió al mandatario estadounidense que cancelase la reunión.

La de ayer la tercera reunión de Obama con el Dalai. China había advertido de que se trataba de una «grave injerencia» en sus asuntos internos, que «perjudicaría severamente» las relaciones entre ambos países, pero EE UU es demasiado importante para que cumpla sus amenazas.

El encuentro obligado entre ambos Premios Nobel de la Paz se produjo a raíz de una gira que el Dalai Lama lleva a cabo por EE UU, y que ya había provocado más de una ironía. La víspera, el líder religioso fue invitado de honor de un 'think tank' que promovió la invasión de Irak, American Enterprise Institute. El tema, la felicidad y el capitalismo, dos palabras que raramente van unidas. El propio presidente de la organización, Arthur Brooks, que moderó el encuentro, reconoció que le incomodaba no tener la palabra «dinero» de por medio, pero se mostró complacido de poder contar con uno de los líderes religiosos más prestigiosos entre la izquierda, con la que busca terreno común.