'Xingu, la misión al Amazonas' o la encrucijada de los indígenas
MADRID. Actualizado: GuardarCivilizarse o morir. Aceptar la mano tendida -frecuentemente acompañada de un dardo envenenado- por el hombre blanco a costa de ver constreñida su cultura a un reducto de tierra o caer presa de las balas con que los conquistadores daban cauce a su rapacidad. Esa fue la disyuntiva a la que hubieron de hacer frente miles de pueblos indígenas repartidos por todo el orbe. Miles de vidas quedaron segadas. El reguero apenas si se ha secado en lugares como Brasil, escenario de cruentas batallas silenciadas por el poder a medida que territorios hasta entonces vírgenes eran ocupados en nombre del progreso. Claro que también hubo quienes alzaron su voz en defensa de los nativos. Entre éstos se contaron los hermanos Villas-Boas, cuya asombrosa historia recupera el director Cao Hamburger en 'Xingu, la misión al Amazonas', una cinta que llega mañana a la cartelera española.
El filme, producido por Fernando Meirelles ('El jardinero fiel'), se centra en las figuras de Orlando, Cláudio y Leonardo, tres hombres que abandonaron unas vidas acomodadas para perseguir sus anhelos de libertad. Enrolados en la expedición Roncador-Xingu, viajaron hasta el corazón de Brasil, donde no tardaron en toparse con los indios. Donde otros se habían conducido con violencia, ellos obraron con respeto. Convivieron con los nativos, interiorizaron sus costumbres y aprendieron su lengua. Les enseñaron cómo podían ayudarles algunos de los adelantos de la civilización pero, sin pretenderlo, se erigieron también en la causa de su desgracia. «Somos el veneno y, a la vez, el antídoto», proclama Cláudio, el más idealista de los tres.
La cinta cuenta la historia de tribus que son continuamente desplazadas para abrir paso a terratenientes y carreteras como la Transamazónica, cuya construcción diezmó la población autóctona.