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La suerte de López quema en las manos de Maduro
El presidente venezolano quedaría debilitado si la Justicia libera al líder opositor, que puede convertirse en un símbolo de peso
LA HABANA. Actualizado: GuardarLa tensión política aumentó en Venezuela si cabe aún más después de la entrega-detención del líder opositor Leopoldo López, que ayer fue presentado ante la Justicia. Sea liberado o quede preso, su suerte es una patata caliente para el Gobierno de Nicolás Maduro. Varias ciudades de la nación petrolera amanecían con manifestaciones, mensajes de paz, calles cortadas, neumáticos quemados y barricadas de ambas tendencias.
Desde el oficialismo denuncian ataques de grupos violentos adscritos al antichavismo. Similares denuncias formulan los adversarios de Maduro. Los que no se atreven a salir a la calle hacen sonar «las ollas desde las ventanas. Me duelen las manos, pero así manifiesto mi descontento. Hasta cuándo tanta escasez, hasta cuándo tanta inseguridad. Ya basta», decía una habitante de la calle 14. Sin embargo, tras dos semanas de protestas callejeras, la oposición que empezó con reivindicaciones inconexas ha logrado tener un claro objetivo: la liberación del fundador de Voluntad Popular.
El chavismo se resiente de la amenaza. Ayer convocaron a los embajadores de la Celac, que apoyaron la denuncia del canciller Elías Jaua de que estaba en marcha un plan dirigido desde Estados Unidos para dar un «golpe de Estado blando». Convocaron a intelectuales y artistas que leyeron una lista con más de 700 nombres de pensadores del mundo que rechazaron las acciones violentas. Y en la Organizacion de Estados Americanos, el embajador venezolano, Roy Chaderton, denunció el «uso de las redes sociales para crear el pánico».
Pero mientras se producen declaraciones en diversos medios y de todos los tonos, las víctimas aumentan en ambos bandos. Ayer fallecía Génesis Carmona, Miss Turismo Carabobo 2013, como consecuencia de una herida de bala en la cabeza de la que fue operada el martes. Con ella son ya 5 los muertos desde que comenzaron las protestas el pasado día 12.
A esa cifra se suman cerca de un centenar de heridos. Entre los últimos hubo cinco estudiantes que, según el presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU), Juan Requesens, acudieron al Palacio de Justicia con la intención de asistir a la comparecencia de López pero fueron «amenazados y perseguidos por colectivos armados hasta la estación del metro La Hoyada».
Una escolta de excepción
La sede del tribunal había sido desalojada y su patio tomado por la Guardia Nacional para escuchar a Leopoldo López, pero finalmente se decidió que la declaración ante el juez se produjera en la cárcel militar Ramo Verde (Los Teques), donde se encuentra internado, por razones de seguridad. De todas formas, la audiencia ante la justicia que lo acusa de «terrorismo y asesinato» por los hechos del día 12 no iba a ser pública en ningún caso, «por tratarse de un caso de flagrancia», dijeron fuentes judiciales.
La víspera, el presidente de Voluntad Popular tuvo una escolta de excepción: nada menos que el polifacético presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. La esposa de López, Lilian Tintori, confirmó que este había recibido duras amenazas, se supone que de chavistas. La presencia de Cabello, el número uno del Partido Socialista Unido de Venezuela, supuestamente era para protegerlo.
La suerte de Leopoldo López estará en manos de la titular del Tribunal 16. Si lo deja tras las rejas, el Ministerio Público tiene 45 días para investigar y decidir si lo acusa formalmente o no de los delitos homicidio, incendio intencional, instigación pública, daños a la propiedad, hasta terrorismo. En ese caso, el país tendrá un preso político de peso. Si lo liberan se podría interpretar que teme la reacción de la calle y podría tomarse como un signo de debilidad. Sea cual sea la decisión, es un problema para Maduro.