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La UE, «alarmada» y dividida, decide hoy el alcance de las sanciones
Francia, que habla de «inadmisible represión», lidera el bando de los que piden un castigo severo, mientras Merkel busca la colaboración de Putin
BRUSELAS. Actualizado: GuardarA Europa se le ha acabado la paciencia con el Gobierno de Ucrania ante el riesgo de guerra civil que afronta este país al borde del abismo con una treintena de muertos en sus calles. La gran mayoría de los líderes europeos se pronunciaron ayer con contundencia sobre lo ocurrido y abogaron por la imposición de sanciones que se materializarán hoy en una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores, convocada en Bruselas a las 14.00 horas por la responsable comunitaria de Acción Exterior, Catherine Ashton.
«El presidente Víctor Yanukóvich tiene las manos manchadas de sangre», aseguró sin ambages el ministro de Exteriores de Suecia, Carl Bildt. Duras palabras que evidencian el sentir en el seno de una Unión Europea que permanece dividida entre el bando liderado por Francia y los que exigen una actuación inmediata de castigo a través de sanciones -estarían dirigidas al ámbito personal de los gobernantes en lugar de castigar al conjunto del país, ya muy afectado- y los que optan por ser fríos y evitar la toma de decisiones en este momento dramático.
Este segundo grupo estaría integrado por Alemania, España, Italia o los Países Bajos. No obstante, estos socios no vetarían hoy la imposición de medidas en caso de que una abrumadora mayoría del Consejo así lo decidiera, explicaron fuentes comunitarias. No hay que olvidar que son muchos los intereses comerciales que existen en la zona, sobre todo con Rusia, principal apoyo del régimen de Yanukóvich. De hecho, anoche, la canciller Angela Merkel conversó con Putin para buscar vías de cooperación.
Viaje exprés a Kiev
No será fácil, ya que Europa, al menos a tenor de las muchas declaraciones efectuadas por sus líderes, está decidida a enseñarle a Kiev cuáles son las líneas rojas. Tanto el presidente de la Comisión, Jose Manuel Durao Barroso, que antes de hablar con Yanukóvich por teléfono dijo sentirse «totalmente consternado», como el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, que aseguró que los Veintiocho están «alarmados», condenaron sin ambages lo sucedido, dejando entrever la aprobación de sanciones.
Quien no abogó por la mesura diplomática que tanto se estila por Bruselas fue el presidente de Francia, François Hollande, que advirtió de que «los que han cometido estos actos incalificables, intolerables, de inadmisible brutalidad y represión deben saber que serán sancionados». Lo dijo junto a Merkel, en una comparecencia conjunta tras un consejo de ministros franco-alemán celebrado en París. La canciller, por su parte, fue algo más cauta al señalar que «las sanciones no son suficientes, ya que hay que relanzar un proceso político y buscar todos los contactos posibles, sobre todo en la dirección de Rusia».
Por su parte, el 'premier' británico, David Cameron, dijo que el presidente Yanukóvich tiene «la responsabilidad concreta de retirar las fuerzas gubernamentales y rebajar la tensión», mientras que el Gobierno español, a través del Ministerio de Exteriores, condenó «el uso desproporcionado de la fuerza». Para hoy está previsto un viaje exprés de los ministros de Exteriores francés, alemán y polaco a Kiev, donde analizarán la situación para trasladar, por la tarde, su valoración a sus colegas en el Consejo Europeo.