La lógica pone al Cádiz en la cuerda floja
El Consejo Superior de Deportes tumba la obvia intromisión de otros clubes pero deja al equipo a merced de la negligente gestión anterior
Actualizado: GuardarEmpieza a ser un tópico, una frase recurrente y un lugar común pero en algún momento existe el riesgo, como en la fábula del lobo, de que se haga realidad. Ese suspiro común que dice «para estar así, mejor desaparecer y empezar de nuevo» cada día se acerca más a ser una solución, se distancia más de ser un simple desahogo. El Cádiz Club de Fútbol no encuentra el rumbo. Lleva años de tumbos, de mano en mano, de unos empresarios a otros. Todos se declaran salvadores y ninguno consigue sacar al club de una situación ruinosa en lo económico e indigna en lo deportivo. El varapalo de ayer, lo confirma. El Consejo Superior de Deportes declara que los nuevos propietarios no pueden serlo. El hecho de que tengan intereses evidentes en otro club, el Granada, que hasta tiene un filial compitiendo con el Cádiz es el argumento lógico, previsible, para poner al Cádiz contra las cuerdas. La indiscreción, cuando no exhibicionismo, de los nuevos dirigentes impide cuestionar siquiera la decisión. Buscarán enemigos, fantasmas y complots por todas partes en vez de encontrar responsabilidades en la propia.
Ahora el equipo queda a merced de las consecuencias de la negligente gestión anterior, fruto de la precedente, derivada de la que vino antes y así, hasta retroceder tres décadas de relevos turbios, cuentas opacas y resultados catastróficos. Sólo una afición sorprendente, por cantidad, le queda al equipo como aval sobre el que reconstruirse. Mientras los propios seguidores tratan de encontrar la forma de dirigir los destinos de su equipo, la entidad vuelve a quedar en un limbo administrativo, con los jugadores y el técnico desmotivados, desgobernados, sin cobrar al día siquiera. Nada bueno cabe vaticinar de todo esto salvo regresar al principio, de la historia y de este texto. A sabiendas de que la desaparición y la refundación tampoco garantizan el éxito automático.