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Europa asiste a la crisis ucraniana con profunda inquietud

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El nuevo brote de violencia que enfrentó ayer a opositores y fuerzas antidisturbios en las calles de la capital ucraniana causó una profunda inquietud en los países europeos, que llamaron a las partes a reconducir la situación a través del diálogo. La máxima responsable de la diplomacia de la UE pidió a los líderes ucranianos que afronten «la raíz de las causas de la crisis» e instó a volver urgentemente al «proceso parlamentario». Catherine Ashton, que condenó «todo uso de la violencia», recordó que «los líderes políticos deben ahora asumir su responsabilidad compartida para reconstruir la confianza y crear las condiciones para una solución eficaz a la crisis política», una salida que, a su juicio, ha de pasar por «un nuevo Gobierno de concentración, progresos en la reforma constitucional y la preparación de unas elecciones presidenciales transparentes y democráticas».

También el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, condenó la violencia en Kiev y «el uso indiscriminado de la fuerza», al tiempo que hizo un llamamiento «a las partes para que muestren la mayor calma posible y retomen inmediatamente el camino del diálogo» como «única vía para lograr una solución política que pueda responder a las aspiraciones del pueblo ucraniano», una tesis que también defendió Alemania a través de su titular de Exteriores, quien advirtió de que «una vuelta a la violencia no es el camino» y exigió «enérgicamente a las partes involucradas que continúen con la vía de los últimos días y busquen una solución política a través de conversaciones».

La declaración de Frank-Walter Steinmeier se produjo un día después de que la canciller alemana, Angela Merkel, recibiera en Berlín a los líderes opositores ucranianos, Vitali Klichkó y Arseni Yatseniuk, aunque rechazó hablar sobre sanciones concretas contra el Ejecutivo de Kiev.

Por su parte, Rusia responsabilizó a los países occidentales del rebrote de la violencia, que consideró «resultado de la política de connivencia de los políticos occidentales y estructuras europeas que desde el inicio de la crisis han pasado por alto las acciones agresivas de las fuerzas radicales en Ucrania». Para Moscú, esto «incentiva una escalada de violencia y provocaciones contra las autoridades legítimas», por lo que reitera el llamamiento a los opositores «entablar un diálogo constructivo».