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El presidente catalán choca con los empresarios por su falta de sintonía con el soberanismo
Mas pretende aplazar las plebiscitarias a 2016 y avisa a Rajoy de que si no hay consulta tendrá un problema mayor
BARCELONA. Actualizado: GuardarCasi no hay acto en Cataluña con los empresarios en el que Artur Mas no salga trasquilado con una reprimenda o un toque de atención por parte del mundo económico, que no acaba de ver claro el proyecto soberanista. Cuatro días después de que el presidente de la Generalitat reclamara al empresariado catalán más implicación en el proceso independentista, petición rechazada por las patronales más importantes de España y Cataluña, CEOE y Fomento del Trabajo, Artur Mas volvió ayer a la carga y con bríos renovados.
Apeló a la grandes compañías para que no den la espalda al momento político que vive Cataluña. Hizo un juego de palabras, que en un principio dio a entender una cierta rectificación sobre lo que había pedido el viernes a los empresarios en la sede del Banco Sabadell, pero al final vino a decir más o menos lo mismo que dijo en el acto de la entidad financiera. «No hace falta pronunciarse, simplemente basta con estar al lado» de los movimientos políticos de fondo que vive el país, afirmó este martes el jefe del Ejecutivo catalán en unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Deloitte.
Sus palabras hace tiempo que no tienen el predicamento que tenían antaño entre el mundo empresarial, a excepción de las organizaciones de pequeñas y medianas sociedades como Pimec. El presidente de la APD, Emilio Cuatrecasas, siguió la línea de la CEOE y Fomento del Trabajo y evitó dar su apoyo al proceso. Pronunciarse «produce divisiones internas» en las empresas, «riesgos muy grandes» y «heridas», le dijo a Mas, a quien pidió «comprensión» por el hecho de que los empresarios no den la cara por su causa. No solo eso, el abogado catalán acusó al dirigente nacionalista de estar liderando un proyecto que no tiene concreción y recordó que la independencia «pone los pelos como escarpias a muchas personas».
Cuatrecasas le dio a entender a Mas que no habrá implicación de los altos ejecutivos en defensa del proceso y su posición fue clara en este sentido. «Me siento español y catalán y mi sueño sería que encontráramos una forma de convivencia», dijo. Un encaje de Cataluña dentro de España que solo se logrará, a su juicio, por la vía del diálogo. En la misma línea, en otro acto, en Madrid, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, evocó el espíritu de la transición y el del diálogo para solucionar el «evidente problema político, económico y social» que hay hoy día en Cataluña.
Una apelación a sentarse a hablar, de Cuatrecasas y Rosell, que no agradó al líder nacionalista, que fue un poco más allá de donde suele y recriminó a los empresarios que se limiten a pedir diálogo sin más, solo como un recurso retórico sin contenido. «No es suficiente», dijo, hay que empezar a preguntarse sobre qué queremos hablar, reclamó.
Diálogo sobre la consulta
Su línea roja está clara y es la que impide que se siente en una mesa con Mariano Rajoy: el diálogo y la negociación con el Gobierno central debe centrarse en cómo se puede consultar a la ciudadanía catalana sobre el futuro político de Cataluña. La Generalitat pide ofertas al Gobierno, pero la consulta es intocable. Por ello, en este punto, en el acto de la APD, Mas dejó de interpelar a los empresarios y se dirigió al presidente del Gobierno. Según el presidente catalán, si Rajoy sigue sin hacer nada y no le da ninguna salida a la cuestión catalana, el problema no solo no desaparecerá sino que la situación será cada vez más preocupante. Este es el escenario que le pintó al inquilino de la Moncloa: habrá convocatoria de consultas para el 9 de noviembre, si no hay votación, habrá comicios plebiscitarios en algún momento entre 2014 y 2016. «Elecciones sí, pero no necesariamente anticipadas», precisó, un matiz que puede introducir un elemento de estabilidad a corto plazo, ya que aplaza el fantasma del fracaso de la consulta, pero que Esquerra, que da su apoyo al Gobierno, no está dispuesta a transigir.
De ahí que Mas apuntara a Rajoy que es «mejor una consulta específica que un Parlamento que se constituirá con un mandato fruto de esas elecciones», en este caso a favor de la independencia y está por ver si con la declaración unilateral en el programa. La Generalitat, que trató de quitar hierro a la falta de apoyo empresarial, intentará ofrecer hoy una imagen de unidad en torno al proceso, con la reunión del Pacto Nacional por el Derecho Decidir, que aglutina a entidades y partidos políticos favorables a la consulta soberanista, en el que están CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP.