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Cospedal admite intrigas dentro del PP
Niega que haya tenido un choque con Rajoy por la elección de Moreno para liderar el partido en AndaluciaLa secretaria general de los populares todavía no ha hablado con el futuro líder andaluz, pero Floriano niega las tensiones
MADRID. Actualizado: GuardarOfuscada, por momentos adusta y con expresión severa según qué tipo de preguntas se le formularan. Así se mostró ayer María Dolores de Cospedal, durante su primera entrevista tras la designación de Juan Manuel Moreno como futuro presidente del PP de Andalucía. La número dos en el partido de Mariano Rajoy no logró taponar las especulaciones sobre la crisis que este nombramiento ha abierto en la dirección nacional del partido.
Moreno, que dimitirá como secretario de Estado de Servicios Sociales en las próximas semanas, no era el favorito de la secretaria general del PP, cuya apuesta era José Luis Sanz, secretario general de los populares andaluces. La novedad es que, tras varios meses negando contubernios, Cospedal reconoció por primera vez la existencia de un sector en el partido, que no identificó con nombres y apellidos, que se dedica a la maquinación. «Aquí de pronto se desata una especie de marea tremenda que me ha llamado poderosamente la atención y empiezan los dimes y diretes y las intrigas de unos y de otros. Y le digo de verdad, no tengo tiempo para las intrigas, tengo muchísimo trabajo», acotó la secretaria general de los populares.
No obstante, quiso dejar claro que estas intrigas contra ella no está el presidente del partido. «No puede haber desencuentro (con Rajoy) porque si no, yo no sería la secretaria general», zanjó Cospedal durante su intervención en un programa de Telecinco. Lamentó que se divague sobre este particular cuando ni el jefe del Ejecutivo ni ella han discutido por esta cuestión.
La admisión de intrigas no fue la única ocasión en la que la indignación le jugó hoy una mala pasada a la también presidenta de Castilla-La Mancha. Ella misma sacó a colación los casos Bárcenas y 'Gürtel', que investiga una supuesta financiación irregular del PP. Eso sí, lo hizo para dejar claro que ella siempre ha estado en primera línea cuando pintaban bastos. «Creo que la secretaria general del PP -hablando de ella misma en tercera persona- ha estado ahí y creo que muy poca gente más ha estado ahí». Toda una alusión soterrada a Javier Arenas, dirigente popular al que los sectores contrarios a la designación de Moreno señalan como muñidor de una operación que, según la versión oficial, Rajoy barrunta desde hace tres meses.
Sobre los desencuentros que le atribuyen con Arenas y Soraya Sáenz de Santamaría, que según otras fuentes también ayudó a decantar la balanza hacía Moreno, con el que trabajó mano a mano en 2008, Cospedal los negó aunque sin dar explicaciones. «Cada uno tiene su responsabilidad», zanjó.
La número dos del PP recordó que, pese a los reproches a su gestión desde que en 2008 accedió a la Secretaría General, el PP ha ganado las elecciones europeas de 2009, las autonómicas y locales y las generales de 2011. «Humildemente creo que estoy cumpliendo», aseveró. Y todo ello, aunque «algunos» se dediquen a decir que lo está haciendo mal.
Siguen sin hablar
Al no concretar los destinatarios de sus dardos, se puede interpretar que Cospedal señalaba a sus adversarios políticos, pero también a algunos compañeros de partido, sobre todo al añadir que no tenía la obligación «de trabajar para determinados dirigentes sino que trabajo para la militancia de mi partido y me siento muy apoyada».
Calculada o no, lo cierto es que la ambigüedad en sus respuestas alimentaron más las sospechas de que, efectivamente, Moreno no era ni de lejos su primera opción para Andalucía. Enfatizó, eso sí, que cuando llegue el momento de elegir a nuevos barones territoriales su papel será el mismo que en Andalucía, «aconsejar al presidente».
Pocas horas después, Carlos Floriano, vicesecretario de Organización del PP, intentó calmar las aguas. Rebatió la tesis del contubernio «porque el PP está centrado en los problemas de los ciudadanas y hay poco tiempo para intrigas». Rechazó también la tesis de una supuesta desautorización de Rajoy a Cospedal a la hora de elegir al futuro mandatario de los populares andaluces.
Lo que no quiso, o no pudo, es contestar a la pregunta de por qué fue él y no Cospedal quien comunicó a Moreno que era el elegido y, sobre todo, cuál es el motivo por el que la número dos del PP aún no ha hablado con el futuro líder de los populares andaluces. Es más, no se atrevió ni a confirmar la participación de Cospedal en el congreso regional que se celebrará en Sevilla entre el 1 y 2 de marzo. Una ausencia que no tendría precedentes porque la secretaria general suele acudir a los congresos regionales, máxime cuando se trata del de la organización más poderosa del partido. De consumarse la ausencia, se confirmaría el desencuentro, sobre todo porque Rajoy ha confirmado que clausurará el cónclave.