El derribo de la planta de Delphi pierde gas en favor de la venta de su maquinaria
Representantes del colectivo debaten con la jueza de lo Mercantil y los administradores concursales el futuro del suelo industrial
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl derribo de las antiguas naves de Delphi, en el polígono del Trocadero, no es viable. La iniciativa que plantearon los administradores concursarles a finales de 2013 de reducir a escombros las tres plantas para eliminar gastos de mantenimiento se ha desactivado. La propuesta ahora se encamina hacia otros derroteros, menos traumáticos si cabe para los intereses de los extrabajadores. Así, la intención en estos momentos se centra en vender el material industrial que aún queda dentro de las instalaciones.
Los representantes de los trabajadores mantuvieron ayer un encuentro con la titular del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz, María Castillo Mendaro, y con el administrador concursal que gestiona los intereses de los acreedores de Delphi, Adalberto Cañadas. El encuentro sirvió, entre otras cosas, para despejar algunas incógnitas sobre el futuro de este suelo industrial, sujeto desde hace seis años a un proceso concursal. El cierre de Delphi en febrero de 2007 dejó en la calle a 1.900 trabajadores y también una deuda de 10 millones de euros con 18 acreedores, entre los que destaca la Tesorería General de la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y el Ayuntamiento de Puerto Real, entre otros . Este suelo es el único aval que tienen los acreedores para poder cobrar la deuda. Así, el administrador concursal se debate entre la posibilidad de sacarlos a subasta, derribar las naves o esperar a que las administraciones públicas, a través del Consorcio de Las Aletas -donde están integrados el Gobierno de la Nación, la Junta y la Diputación- puje por ellos. LA VOZ ha publicado que existe un acercamiento político para que este suelo industrial pase a manos públicas y favorecer así la inversión. Todo indica que el mantenimiento de las naves y la titularidad pública de los terrenos favorecerían la captación de nuevas empresas para que se instalen en ellos.
Tanto la subasta como la demolición de la factoría chocan con los intereses de los extrabajadores, ya que abortarían el inmediato uso industrial de los mismos y, con ello, frenarían la posible recolocación del colectivo. Cabe destacar que la Gerencia de Urbanismo del consistorio de Puerto Real no ha recibido ninguna solicitud para demoler las naves.
Ante esta situación, la administración concursal se inclinó ayer por cerrar la puerta a la demolición y iniciar los trámites para vender como chatarra toda la maquinaria interior. Este periódico ha podido saber que en el interior de las tres naves aún permanecen grúas, equipos eléctricos y líneas de precisión. El cobre que tienen estos aparatos es uno de los materiales más preciados y con más alto valor en el mercado.
Por último, medio centenar de extrabajadores de Delphi cumple dos semanas de encierro en el edificio de los sindicatos a al espera de que la Junta cumpla con lo pactado en junio de 2007.