Moreno Bonilla rodeado de los presidentes provinciales del PP andaluz (E. Bendodo, Málaga; Juan Bueno, Sevilla; Sebastián Pérez, Granada; G. Amat, Almería; M. González, Huelva; Fernández de Moya, Jaén; Nieto, Córdoba, y A. Sanz, Cádiz). :: JULIO MUÑOZ. EFE
ANDALUCÍA

Moreno Bonilla: «Yo me presento para ser presidente de la Junta de Andalucia»

El malagueño se proclama candidato único a presidir el PP con 9.000 avales y rodeado de los presidentes provinciales

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Juanma Moreno Bonilla ha cumplido una parte del sueño político que tuvo cuando con 19 años se afilió al Partido Popular. Es candidato único a presidir este partido en Andalucía tras desistir José Luis Sanz de presentarse, por lo que a partir del día 2 de marzo, cuando sea elegido en congreso extraordinario, llevará el timón de la formación con más votos y militantes de esta región. El ya líder del PP andaluz inscribió su candidatura con 9.142 avales, cuando los necesarios eran solo 90, y se rodeó de todos los presidentes provinciales para dar un mensaje de unidad tras la tensión vivida en el proceso de sucesión de Zoido.

En solo 24 horas ha pasado de ser casi un desconocido a la esperanza de un partido que se quedó con la miel en los labios en las elecciones del 25 de marzo de 2012, al ganar pero sin poder gobernar en Andalucía. Esa es la otra parte: «Mi gran sueño es la alternancia en Andalucía», dijo al presentar su candidatura en la mañana de ayer en la sede regional del PP en Sevilla. «Yo me presento para ser presidente de la Junta. El instrumento es el PP-A, pero mi objetivo es llegar ser presidente», enfatizó al explicar por qué ha dado este paso.

Moreno, en un tono directo, relajado y con la sonrisa permanente, intentó aparecer como el líder de la ilusión de un partido deprimido desde aquel 25 de marzo y con el firme propósito de acabar con el 'régimen' socialista, que lleva gobernando 32 años, ahora con IU. En realidad un discurso que ya utilizó Javier Arenas en la campaña de 2012 y que se basa en que, pese a que las encuestas sitúan a la sociedad andaluza en el centro izquierda, hay una tendencia mayoritaria desde hace años a favor del cambio político.

Ahora Juanma Moreno pretende lo mismo, pero ofrece un perfil distinto al de Arenas para convencer: su procedencia social de clase trabajadora y su edad, 43 años, la de alguien que solo ha conocido el gobierno socialista. «Quiero que ningún andaluz tenga que emigrar como tuvieron que hacer mis padres», subrayó. «He crecido con una asignatura pendiente, la de la falta de alternancia», añadió.

Paso atrás de Sanz

Además de mostrarse con un dirigente entusiasta cara al futuro, Moreno quiere serenar los ánimos de un partido que ha acabado histérico tras el surrealista proceso de sucesión de Juan Ignacio Zoido. Tan surrealista que el aspirante que durante cuatro meses el propio Zoido impulsó como el candidato oficialista, el secretario general del partido, José Luis Sanz, a punto ha estado de convertirse en un 'outsider', en un fuera de lugar en la cultura política del PP, aquella en la que ningún dirigente da un paso sin la bendición del principal líder. En este caso Mariano Rajoy.

Sanz, noqueado tras la tercera y definitiva desautorización de Rajoy a su candidatura, reflexionó presentarse para competir con Moreno Bonilla presionado por distintos sectores afines. En la noche de este lunes cenó con los presidentes provinciales de Sevilla, Huelva, Jaén y Granada mientras simpatizantes recogían avales. Todos estos presidentes, salvo el de Sevilla, Juan Bueno, habían ya mostrado su respaldo a Moreno Bonilla. Sanz sopesó que una candidatura sin el visto bueno de Rajoy solo haría evidenciar una división interna en el PP andaluz y tendría pocas posibilidades de ganar, como le transmitieron algunos dirigentes. A primera hora de la mañana comunicó mediante un escrito su apoyo a Moreno, y descartó de esta forma su candidatura.

Un gesto que permitió a Juanma Moreno escenificar la unidad del partido en torno a su liderazgo y que este se vea fruto del consenso. «Vengo a sumar», subrayó. La presencia de los ocho presidentes provinciales del PP rodeándole como una guardia pretoriana en la comparecencia ante la prensa no tenía más sentido que este, la del cierre de filas con el nuevo líder. «No hay vencedores ni vencidos», insistió a preguntas de los periodistas sobre Sanz y Dolores de Cospedal, quien apoyó hasta el último día la opción de Sanz.

Sin noticias de Cospedal

Moreno respondió que Cospedal no le había llamado (al menos hasta ayer al mediodía), en un arranque de sinceridad. Ni para comunicarle el visto bueno de Rajoy, lo que hubiera sido lo correcto, ni después para darle ánimos. Carlos Floriano, vicesecretario de Organización, fue quien le llamó la mañana del lunes.

Sin embargo, la ausencia de Sanz y Zoido en su concurrida presentación, además de una prueba del malestar de ambos, también siembra dudas sobre la unidad del partido pese a la disciplina de colocarse detrás para una foto, algo que todavía deberá trabajarse el nuevo líder. Moreno Bonilla minimizó esta ausencia que achaca a que el presidente actual y el secretario general no querían quitarle «protagonismo». También anunció que Sanz tendrá un puesto en el nuevo comité ejecutivo, aunque no dijo cuál.

El todavía secretario de Estado de Políticas Sociales e Igualdad rehusó hablar del equipo que tiene en mente, algo que deberá negociar con los barones provinciales. Solo dijo lo obvio, que piensa en una dirección que aúne experiencia y juventud. «Aquí no sobra nadie», dijo en un intento de conjurar la sospecha de algunos de que llega con idea de hacer tabla rasa o borrón y cuenta nueva. El presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, su gran valedor desde el principio, subrayó que ahora se abre una nueva etapa, un tiempo de cambio.

Frente a Susana Díaz

El sucesor de Zoido no estará como este en el Parlamento andaluz, lo que admite como un contratiempo porque le impedirá el cuerpo a cuerpo con Susana Díaz. «Tengo otros instrumentos, la calle. Pienso estar permanentemente en la calle», subrayó como alternativa para darse a conocer. Hay una experiencia anterior similar. Cuando en 2004 Javier Arenas volvió a Andalucía a liderar otra vez el partido, tampoco tenía escaño en el Parlamento y se dedicó a hacer kilómetros como método para tener presencia política. Moreno pretende hacer lo mismo.

Pero sabe que es un desconocido, a diferencia de Arenas, y Susana Díaz le lleva cinco meses de ventaja. Por ello la dirección nacional del PP prepara una agenda de actos para lanzarle con motivo de las elecciones europeas. Al nuevo líder le arroparán ministros y tendrá en los numerosos ayuntamientos en los que gobierna el PP una magnífica plataforma institucional desde la que asomarse a la opinión pública.

En cuanto a su discurso frente la que será su rival a batir, ayer sorprendió que no hiciera referencia a la corrupción, que ha sido la principal arma arrojadiza de los dirigentes del PP contra el PSOE hasta ahora. Solo a preguntas de los periodistas Moreno respondió sobre el tema. Dijo que cree que hay «enormes responsabilidades políticas» de Chaves, Griñán y Díaz, cuando los dos primeros ya están señalados por la jueza Alaya.