Residentes de Alepo huyen de un edificio en llamas durante un bombardeo del régimen. :: BARAA AL-HALABI / AFP
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Una población siria al límite espera la paz de Ginebra

GINEBRA. Actualizado: Guardar
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La segunda ronda de las negociaciones de paz sirias se inició ayer en Ginebra con una sesión matutina en la que los representantes del Gobierno de El-Asad y de la oposición en el exilio se limitaron a acordar con el mediador de la ONU, Lajdar Brahimi, los temas a incluir en la agenda de esta semana. Entre ellos se mencionó «el cese de la violencia y el terrorismo» y el establecimiento de un órgano de gobierno transitorio para Siria.

Brahimi recibió primero a la delegación opositora, encabezada por Hedi al-Bahr, a la que en un gesto inédito se han sumado siete representantes de las milicias insurgentes sublevadas contra el régimen. Se trata de los integrantes de un equipo «militar y de seguridad», entre los que hay miembros del Frente de los Rebeldes Sirios que lidera Jamal Maaruf, y de grupos activos en la provincia de Deraa, además de desertores del Ejército. Estos nuevos delegados se sentarán en la mesa de negociaciones si estas se adentran en cuestiones militares, confirmó a la agencia Reuters el dirigente opositor Anas al-Abdah.

El inicio de las conversaciones coincidió con la entrega por parte de las autoridades sirias de un tercer cargamento de armas químicas a la misión de la ONU, que confirmó asimismo la destrucción sobre el terreno de algunos productos. El material fue cargado en un barco noruego en el puerto de Latakia, desde donde se dirigirá a aguas internacionales escoltado por buques de guerra de Rusia, Dinamarca, Noruega, Reino Unido y China. La destrucción del arsenal químico fue acordada por EE UU y Rusia con el Gobierno de Damasco tras el ataque con gas sarín registrado el año pasado contra la población civil en la capital.