La UE abre la puerta a futuros pactos comerciales con Cuba

La Unión Europea activó ayer la 'operación deshielo' con el régimen de Cuba. Sólo el tiempo dirá si el acuerdo alcanzado de forma unánime en Bruselas por los ministros de Exteriores de los Veintiocho adquirirá los tintes históricos que muchos le presumen, pero lo que nadie niega es que el paso dado desde Bruselas es de sustancial calado político. El 'status quo' entre la UE y La Habana no varía -se mantiene en vigor la llamada Posición Común aprobada en 1996 a instancia de José María Aznar- pero sí tienden puentes para alcanzar acuerdos de cooperación y de índole política que en un futuro podrían derivar en importantes sinergias comerciales siempre y cuando fructifiquen las negociaciones que ahora comenzarán y que podrían prolongarse dos años.

Pese a todo y para evitar malentendidos dada lo delicado del tema -las reticencias entre los socios del bloque del Este eran muchas-, la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, sí quiso dejar muy claras cuáles serán las líneas rojas de este nuevo tiempo: colaboración sí, pero a cambio de avances en materia de derechos humanos. «Hemos planteado de manera coherente nuestras preocupaciones sobre derechos humanos, que seguirán siendo centrales en esta relación, y espero que Cuba haga lo necesario. El ritmo de las negociaciones será reflejo de esta actuación», remarcó.

Tras subrayar que esta decisión «no constituye un cambio político respecto al pasado», la diplomática británica sí mostró su deseo de que esta nueva fase contribuya, por un lado, a consolidar el «compromiso con Cuba» y por el otro, a que el régimen castrista ceda en sus postulados y «acepte la oferta de cara a trabajar con la mayor celeridad en favor de una relación más firme».

Posición española

En este mismo sentido se expresó el secretario de Estado de Exteriores español, Gonzalo de Benito, que sustituyó al ministro José Manuel García-Margallo -no pudo asistir por una reciente operación quirúrgica-. «Esta decisión no supone un cambio político, sino que será la fórmula para mejorar la calidad de vida de los cubanos y promover el respeto de los Derechos Humanos en la isla», recalcó a los medios al término de la cita.

Cuba siempre ha rechazado la posicionamiento unilateral de Bruselas, pero la decisión de ayer supone un ventana de oportunidades para el desarrollo de la isla», recuerdan fuentes diplomáticas.