Luis Gallego preside Iberia, de la que antes era CEO, desde el pasado mes de enero. :: IGNACIO GIL
Economia

Iberia y los sindicatos allanan el camino para sellar un acuerdo este mes

Los tripulantes de cabina acuerdan con la aerolínea la nueva productividad, mientras los pilotos y trabajadores de tierra esperan hacerlo en breve

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Puede ser cuestión de días». Con este ánimo propicio para el acuerdo se manifestaron ayer varias fuentes sindicales, que creen que esta vez sí parece realmente próximo -este mes se antoja clave- el acuerdo laboral que selle la paz social en Iberia para los próximos cuatro años. Sobre la mesa, la negociación de los nuevos convenios colectivos que la aerolínea está ultimando con los representantes de los empleados para sus tres colectivos -pilotos, tripulantes y trabajadores de tierra (mantenimiento y 'handling')- y con vigencia hasta finales de 2017.

Aunque las negociaciones siguen en marcha -esta semana habrá nuevas reuniones-, ya existe un primer hito positivo. El viernes pasado, la dirección de la compañía y los sindicatos mayoritarios (UGT, CC OO, CTA Vuelo y SITCPLA) lograron un pacto sobre productividad para los tripulantes de cabina que, básicamente, les supone trabajar más horas por menos dinero -una vez aplicado el ajuste salarial ya aprobado para el período 2013-2014-.

En total, volarán un máximo de 900 horas anuales en temporada alta (de junio a septiembre), que se moderarán a un tope de 810 el resto del año. La aerolínea, no obstante, acepta «flexibilizar los períodos de acogimiento» en las reducciones de jornada; esto es, que más tripulantes podrán recortarla hasta un 50% con la consiguiente merma salarial.

Claro que este pacto, resaltan los sindicatos, «está sujeto a la consecución de un acuerdo global de convenio». O dicho de otro modo, ni unos ni otros pretenden acuerdos parciales ni parches, en la medida que las posibles cesiones de una parte en una determinada parcela están vinculadas a que puedan lograr sus reivindicaciones en otra. Así, de formalizarse el convenio, los trabajadores lograrían suprimir el recorte de sueldo de un 4% adicional que se les aplica desde abril tras fracasar la anterior mesa de productividad.

Garantía de empleo

Otro ejemplo de esa interconectividad entre los diferentes temas que se negocian es la extensión por el tiempo que dure el convenio de una cláusula especial (fuera del mismo) que garantizaría el actual nivel de empleo en la compañía. Dicha condición ya estaba prevista para este año, e incluso cabía la opción de prorrogarla durante 2015, aunque los sindicatos quieren que llegue hasta 2017. Es, advierten, «condición 'sine qua non» para el acuerdo y marcaría su 'línea roja' de cesiones.

En el caso de los pilotos, ese tipo de fronteras parecen no existir ya una vez que sus representantes sindicales, el Sepla, han levantado el veto que mantenían sobre el desarrollo del operador de bajo coste Iberia Express. No habrá escalafón único para la matriz y la filial, aunque sí habrá limitaciones en la oferta de empleo de la segunda y se dará prioridad de entrada a los segundos de a bordo de la propia Iberia.

También hay consenso sobre la productividad -los pilotos volarán 850 horas anuales, un 36% más que ahora y cerca del tope legal de las 900 horas-, mientras se ultima como modular el anexo 10 que daba a los comandantes de Iberia la exclusividad para hacer vuelos de largo recorrido desde su base de Barajas.

La plantilla de Iberia considera que con estos recortes homologará su sueldo base al de Vueling, la aerolínea 'low cost' de IAG. Con ello esperan que la aerolínea les presente en breve su plan de futuro con aviones nuevos y más rutas.