Una noticia singular
Actualizado: GuardarEs cierto que muchos matrimonios, al cabo de 25, 30 o más años, vuelven a renovar el amor que se prometieron en el altar y ello en medio de la alegría de sus hijos y amigos. Pero ha resultado doblemente entrañable y también algo espectacular, que la jueza Alaya, una figura tan popular por el trabajo que está realizando, haya querido celebrar su fidelidad a la palabra dada a su marido ante el altar, hace ya 30 años, eligiendo la iglesia de Nuestro Señor del Gran Poder de Sevilla.
Ahora se explica mejor la constancia en su trabajo y su fortaleza ante tantas amenazas para que tirase la toalla y dejase de investigar en la corrupción de tantos presuntos implicados de la Junta de Andalucía.
La fidelidad y constancia en su cometido, tanto a nivel personal como profesional, es manifiesto. Los sentimientos, tan cambiantes y variados, de miedo, cansancio, disgusto, aburrimiento, coraje, rabia, etc., etc. que pasan por cualquier vida, y que sin duda habrán alcanzado a Mercedes Alaya, tanto en su matrimonio como en su trabajo de jueza, no lograron dominarla. ¡Eso es una vida responsable y auténtica!
El amor y el cumplimiento del deber han estado por encima de situaciones accidentales. Sus cuatro hijos tienen en sus padres una gran referencia para imitar. ¡Felicidades!