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Periodísimo

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Era mi primera vez en Tánger, perla extraña de carbón y diamante, ciudad sin señales donde los vehículos que ocupan rotondas ceden paso a los que las penetran. Si no hubiera sido por Abdul, el taxista colchonero de franca sonrisa, jamás hubiera llegado a tiempo. Ni a salvo. La Asociación de la Prensa de Cádiz me había invitado a la Mesa de 'Legislación en materia de prensa' de las III Jornadas de Periodismo Hispano-Marroquí que habían de celebrarse en el Instituto Cervantes. Pese al agitado viaje en ferry, acudí. Antes de la intervención almorzamos allí cerca. Carmen Torres leyó a Yélamo que Pedro Jota iba a ser cesado. Grimaldi parecía divertido con la situación y Leo Sardiñas nos miraba con esa cara de tipo listo, escéptico, que pasea el mundo. Fossati no decía mucho, quizás pensando en la inminente salida al mercado de su 'Guía de Creta', mientras que Óscar Lobato -el hombre que todo lo sabe- declinaba los distintos gobernadores que había tenido el Protectorado del Rif desde siempre jamás. Conformábamos una divertida reunión pedrojotizada. Al día siguiente, cuando desembarcara Pepe Oneto, nos enteraríamos de la película, que sospechábamos tenía por título 'Veinte millones de euros'. Luego fuimos de mesa a Mesa, pasando por té en el Café de París. Con exquisita cortesía nos recibieron Rabie Yacoubi, journalist, que roneaba de haber compartido tablao con El Lebrijano, y la espigada Ferdaous Emorotene, responsable del diario digital 'Calle de Agua', un proyecto periodístico de cooperación cultural entre Cádiz y Tánger. Miré el vinilo sobre nuestras cabezas. Decía 'Periodisimo'. La inverosímil errata coronaba el cartel de las interesantísimas Jornadas. Fue enriquecedor comparar los pensamientos de ambas orillas. La preocupación común era la profesionalización. Y el internet. Un alumno de master reflexionó (aclaración: allí no había preguntas sino 'speeches') que la Ley de Prensa que estaba preparando el gobierno marroquí debía proteger al ciudadano de las informaciones falsas que surgieran de periódicos y blogs. El abogado del diablo reflexionó sobre la importancia de la noticia veraz y contrastada con independencia de quien la ofreciera; sobre la oportunidad de una ley de prensa y transparencia -en un mismo texto- en España. Sobre si 'wikileaks' fue periodismo.

Al día siguiente, Oneto hablaba con Ferdaous. Sus ojos inmensos inmersos en un hiyab. Explicaba al cañaílla sus dificultades para trabajar, como mujer islámica que era; le narraba sus sacrificios personales. Le cantaba cómo el Rey velaba por su pueblo. Mirándola pensé cuán lejos se encontraba la esforzada periodista marroquí de ojos inmensos del recién cesado director de 'El Mundo' de tirantes tensos. Apenas, a dos orillas de distancia. Y sin embargo.

@montieldearnaiz