Una unidad del metro de Londres, abordada ayer en hora punta por decenas de viajeros en la estación Victoria. :: ANDY RAIN / EFE
MUNDO

Un pulso político deja a Londres sin metro

El paro de 48 horas en el suburbano por la supresión de las taquillas complicará el transporte de 3,5 millones de viajeros

LONDRES. Actualizado: Guardar
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La huelga de empleados del metro de Londres afiliados a dos de sus sindicatos, que comenzó en la noche de ayer y durará 48 horas esta semana y otras 48 la próxima, causará dificultades para desplazarse a los residentes en la ciudad y a los turistas, graves trastornos en el tráfico de la capital británica y la pérdida de unos 55 millones de euros cada día, según la Cámara de Comercio de ciudad.

Los sindicatos RMT y TSSA pidieron a los empleados del metro que no acudieran a sus turnos de trabajo a partir de las 21.00 horas de la noche de ayer como protesta por la notificación de la compañía propietaria, Transporte para Londres, que es una empresa municipal, de que eliminará las taquillas de expedición de billetes, lo que significaría la pérdida de 953 empleos, según la central TSSA.

La compañía ha planeado que se mantengan buen número de servicios en la mayoría de las líneas, porque cree que gran parte de sus empleados no secundará el paro, ya que uno de los sindicatos, ASLEF, no lo respalda y porque se ha comprometido a que no habrá despidos. El cierre de las taquillas vendría acompañado por bajas voluntarias y movimientos internos de la plantilla.

El metro de Londres, el primero que se construyó en el mundo, registra en días laborables unos 3,5 millones de trayectos y su red conecta una urbe con una superficie de 1.600 kilómetros cuadrados -algo menor que la provincia de Guipúzcoa- en la que viven unos 8 millones de personas. Los autobuses urbanos y los ferrocarriles interurbanos juegan también un papel muy importante en su estructura de transporte.

La huelga ha tenido como prolegómeno el combate dialéctico entre dos personajes populares en la política británica: el jefe del sindicato RMT, Bob Crow, y el alcalde de Londres, Boris Johnson. El primero acudió al Ayuntamiento la mañana de ayer para negociar con el alcalde, que estaba en un programa de radio, al que llamó el sindicalista para mantener un diálogo de sordos sobre la huelga.

Vacaciones de 11.000 euros

Antes, Crow había sido fotografiado por el 'Daily Mail' en una playa de Río de Janeiro a donde lo había llevado un viaje valorado en 11.000 euros. El sindicalista, que tiene un sueldo anual de unos 145.000 euros, sin contar gastos de representación, y vive en una vivienda municipal respondió posando con el anuncio de las vacaciones en el 'Mail', de donde recortó los cupones para obtener descuento.

¿Dónde estaba la inmoralidad de tomarse un descanso que el mismo periódico anuncia?, preguntó Crow, que fue miembro del Partido Comunista Británico, se opone a la pertenencia a la UE y resume con 'Hasta la victoria siempre', en español con mención a Che Guevara, su filosofía política. Es un ogro para la prensa conservadora, pero la afiliación a su sindicato ha pasado de 50.000 a 80.000 durante su mandato.

Boris Johnson, que pretende suceder a David Cameron como líder del Partido Conservador, es un político ambicioso que recurre continuamente al humor. Y al oportunismo. En sus campañas para la alcaldía se opuso a una reducción mucho menor de taquillas, prometió en su programa que las habría en todas las estaciones. El pulso entre estas dos personalidades en los próximos días podría dañar a uno de ellos.