Rajoy frena por segunda vez la designación de Sanz como sucesor de Zoido por falta de consenso
Cospedal tratará hoy de convencer a los barones provinciales de que la mejor opción es el secretario general del PP andaluz
Actualizado: GuardarLa confusión vuelve a apoderarse del PP andaluz. Cuando ya parecía que estaba todo cerrado y amarrado para que Juan Ignacio Zoido dejara el mando del partido en su segundo, el secretario general y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, surge otro sobresalto. Rajoy volvió a frenar por segunda vez en tres meses la designación de Sanz como futuro líder del partido por la falta de consenso entre los dirigentes territoriales de Andalucía. El presidente nacional, que en Valladolid arengó a su partido a la unidad, dio un plazo de 24 horas, que vence este miércoles, a los populares andaluces para que pacten con María Dolores de Cospedal el nombre de la persona. Rajoy no quiere conflictos en Andalucía, un territorio clave para las aspiraciones de conservar, incluso, el Gobierno en las elecciones generales del próximo año.
Zoido se vio obligado a suspender una cena con los presidentes provinciales anoche en la que iba a preparar el relevo. En esta reunión, a la que algunas fuentes señalan que también acudiría Cospedal, se iba a pedir a los barones provinciales el respaldo a José Luis Sanz como futuro presidente del partido y candidato a la Presidencia de la Junta, además de concretar la fecha del congreso extraordinario que convoca hoy la junta directiva. Zoido nunca ha ocultado que su favorito es Sanz. La cancelación tuvo lugar ante el malestar creciente de algunos dirigentes territoriales por no haber sido ni consultados ni informados de la decisión acordada entre Zoido y Cospedal de que Sanz sería el candidato. Ante el temor de que la cena derivara en una guerra interna, desde Génova llegó la orden de suspenderla.
Llamada a los barones
Sanz había llamado a los presidentes provinciales el lunes para comunicarles la convocatoria este miércoles de la junta directiva para aprobar el congreso extraordinario, lo que por fin abría el proceso de relevo. Los barones esperaban alguna consulta de Cospedal o Zoido sobre el nombre, pero no hubo tal, según pudo saber este periódico. «No se pueden dar las cosas por hechas», mencionó un dirigente. Conocido es que las direcciones de Cádiz, Málaga y Almería no están convencidas de que Sanz sea la persona más adecuada como candidato. En las últimas semanas también parecen haberse sumado Huelva y algunos dirigentes de Córdoba y Jaén al sector crítico.
Para calmar los ánimos y buscar una salida, Rajoy ha enviado a Cospedal, quien asistirá a la junta directiva de esta tarde. Antes, almorzará con los presidentes provinciales, a los que tratará de convencer de que Sanz es la persona adecuada. De este almuerzo y de la junta directiva pueden salir uno o dos acuerdos: el nombre del candidato y la fecha del congreso o solo la fecha. En este último caso, el PP andaluz iniciaría el proceso de relevo sin un nombre de consenso. La situación volvería a estar abierta con el mismo banquillo de aspirantes que antes de este lunes: Carmen Crespo, Carlos Rojas, José Antonio Nieto, Juan Manuel Moreno Bonilla, la ministra Báñez y el propio Sanz. Un panorama que invita a plantear un congreso abierto a varias candidaturas, como los que eligieron a Alberto Núñez Feijóo en Galicia en 2008 y a José Ramón Bauzá en Baleares en 2009. Los dos presiden ahora sus respectivas comunidades. Una opción de la que José Antonio Nieto advirtió el mismo lunes. El alcalde de Córdoba, que dice auto descartarse, subrayó que hacen falta muy pocos avales en el PP (90) para presentar una candidatura.
Lo cierto es que la situación de José Luis Sanz vuelve a ser muy delicada tras el nuevo enfriamiento de Rajoy a su designación, aunque él parece decidido a presentar su candidatura. El pasado noviembre Rajoy desmontó la elección en diciembre de Sanz como sucesor, de la que se enteró por la prensa. En un comité ejecutivo del 25 de noviembre, Rajoy censuró a Zoido al pedirle calma y subrayó sin contemplaciones: «Todo lo que se está publicando sobre el PP de Andalucía no es cierto, ni en los plazos que se hablan ni en el calendario que se dice ni en las personas que se mencionan».
Varias fuentes barruntan que en la batalla andaluza está en juego la imagen de liderazgo de la propia Cospedal. También se especuló con la posibilidad de que Soraya Sáenz de Santamaría hubiera entrado en liza para abogar por otra opción, algo que desmienten tajantemente fuentes de la Moncloa.
Algunos en el PP achacan la confusión a que Rajoy no ha dicho con claridad qué persona quiere para liderar Andalucía, después de que se desechara sus opciones preferidas, la de los ministros Arias Cañete y Fátima Báñez. Ninguno de los dos quiere esa responsabilidad. También es importante la rivalidad soterrada entre Cospedal y Javier Arenas por el control del partido. Sanz es el candidato de Cospedal porque lo es de Zoido, su hombre en Andalucía. Arenas nunca ha dejado entrever por quìén apuesta, después de que tras su marcha en el verano de 2012 fracasara en dejar a Antonio Sanz, ahora presidente en Cádiz, como su sustituto. Pero es conocido que no ve en José Luis Sanz al candidato ideal. Antonio Sanz mantiene una vieja rivalidad con el secretario general de su mismo apellido.
Provisionalidad de Zoido
La actual situación en realidad deriva de la quiebra del partido tras la marcha de Javier Arenas al ganar por primera vez las elecciones en marzo de 2012 pero no poder gobernar en la Junta al no obtener mayoría absoluta. La elección de Zoido como sustituto siempre se supo que era provisional, como él mismo se encargó al afirmar desde el minuto uno que no sería candidato a la Junta si tenía que dejar la Alcaldía de Sevilla. Hace un año justo que Zoido dejó claro en Génova que quería dejar la dirección del partido, pero hasta ahora no ha obtenido el plácet de Rajoy para el relevo, pese a que desde la elección de Susana Díaz como presidenta este se convirtió en una urgencia para los populares. Desde entonces asisten consternados al creciente vigor político de la socialista sin nadie de sus filas que le pueda hacer frente y parar los pies.