La furia del mar arrasa el Norte
Olas de más de diez metros rompen puertos y paseos e invaden los pueblosLos equipos de emergencia buscan en Lugo a un joven que paseaba en bicicleta junto a la costa y al que engulló el temporal
MADRID. Actualizado: GuardarUn fortísimo temporal en el Cantábrico y el litoral atlántico gallego aliado con la pleamar arrasó en la madrugada del domingo los paseos marítimos, calles y puertos de decenas de ciudades y pueblos costeros de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco.
Las medidas de seguridad que siguieron a la alerta roja decretada horas antes por las autoridades de emergencias de las distintas comunidades evitaron, según las fuentes consultadas, que las gigantescas olas que penetraron en las poblaciones y que causaron cuantiosos daños materiales no provocasen sin embargo víctimas durante la noche.
El único desaparecido es un niño de 15 años, vecino de Foz (Lugo), que se acercó ya durante la tarde de ayer con su bicicleta, y en compañía de otro amigo, a las proximidades de la playa de A Rapadoira. Las fuertes olas les arrastraron al mar, pero el acompañante, de 13 años, logró regresar a tierra y fue trasladado al hospital con una hipotermia leve, pero en estado de 'shock'. Un amplio dispositivo de rescate, con un helicóptero, lanchas y numerosos medios terrestres tratan de localizar al desaparecido desde poco después de las 18.00 horas.
Las autoridades autonómicas rebajaron a lo largo del domingo la alerta de roja a naranja, pero pidieron a todos los ciudadanos que mantuviesen la máxima precaución y que no se aproximen al mar porque aún se esperan olas de entre 5 y 8 metros y la prolongación del temporal.
Espigones reventados
En las primeras horas del domingo, olas que incluso en determinados momentos y puntos superaron los diez metros de altura rompieron diques de puertos, hundieron embarcaciones, arrasaron playas, cortaron carreteras, arrancaron barandillas, farolas, árboles, bancos, kioskos, chiringuitos y firmes de los paseos marítimos; dañaron puentes y penetraron centenares de metros en algunos cascos urbanos. Estas riadas de agua marina anegaron todo tipo de locales -garajes, bajeras, bares y comercios-, arrastraron coches, y cubrieron de algas, arena y espuma parques cercanos.
Entre las localidades más afectadas por los destrocos están algunas de las capitales costeras, como San Sebastián, Santander y La Coruña, así como importantes puertos pesqueros como Bermeo (Vizcaya), donde el mar reventó el espigón.