«Representar los sueños de la gente es adictivo»
Vuelve a competir por el Oscar con 'La gran estafa americana', de David O. Russell, el mismo realizador que le dirigió en 'The Fighter' Christian Bale Actor
LOS ÁNGELES. Actualizado: GuardarChristian Bale no dudó cuando recibió la llamada de David O. Russell, el director que le dio la posibilidad de ganar un Oscar por 'The Fighter'. Le daba casi igual que fuera su nuevo proyecto porque tiene total confianza en que los empeños del director son buenos. Cuando leyó el guión de 'La gran estafa americana' ya estaba convencido de que había acertado en aceptar la propuesta para interpretar a Irving Rosenfeld, un ladrón que junto a su amante, Sidney Prosser (Amy Adams), deberá trabajar para el FBI. Tímido con la prensa, Christian Bale se siente tan orgulloso de su trabajo en el filme que generosamente regala su tiempo para hablar sobre el rodaje de 'La gran estafa americana', película que podría alzarse con el Oscar a mejor película del año.
-¿Cómo le convenció Russell para hacer la película?
-Siempre me interesa lo que hace. Es un director sorprendente, con una dinámica de trabajo siempre diferente con cada actor. Sus películas jamás son lo que uno espera y eso permite muchas posibilidades. En este caso el equipo de actores era increíble y por ese motivo me uní al reparto.
-¿Ha creado una realidad diferente con esta cinta?
-Las emociones se desarrollan en la historia rápidamente. Con otros realizadores, eso acabaría en un melodrama. Pero en manos de David todo es mucho más real.
-Su personaje está basado en una historia real. ¿Disfrutó interpretando este papel?
-Cuando leí la historia del verdadero Mel Weinberg no esperaba encontrarme con un tipo así. Formaba parte de un extraño grupo de personas que quieren disfrutar de la vida. Rodamos la película en 42 días, así que tuve que aprovechar cada hora que estuve en el rodaje. Reconozco que cada día me enamoraba de mi personaje y de la historia.
-¿Cómo fue el rodaje con un equipo de actores tan diferente?
-Todos intercambiábamos ideas, nos adaptábamos a la improvisación de los demás. Fue algo maravilloso ese bombardeo de sugerencias entre tantos artistas de talento. Cuando uno conoce su trabajo, cuando ha estudiado su personaje, no hay miedos y no hubo miedos por parte de ningún actor. Creo que lo que más me gusta del guión y de la forma de escribir de David es entender que este filme se guía por los personajes y todos ellos tienen una armadura que les protege de su verdadero ser. A David le interesa la gente auténtica, con corazón, alma, emociones y sentimientos.
-¿Qué opina del estilo de la ropa de la época?
-Un poco exagerado. Estamos hablando de una época en la que había cierto gusto por la exuberancia, una década en la que se disfrazaban de Halloween todos los días (risas). Los colores, el estilo, los collares, el tupé... todo es fantástico para representarlo en pantalla. De hecho creo que la personalidad de los personajes tiene algo que ver con el vestuario
-¿Es su entusiasmo por la interpretación lo que le lleva a reinventarse con cada personaje que interpreta?
-A mí me gusta estudiar a la gente, eso me fascina. Todo el mundo a la hora de dormir sueña y se vuelve un poco loco. Unos quieren ser socialmente aceptados, otros triunfar en su trabajo, otros ganar una medalla olímpica, cada sueño es un estado de la mente y esos sueños son los que a mí me gusta representar en el cine. Cuanto más extraño y loco sea el sueño, mejor. Representar esos sueños es una sensación adictiva para mí.
-¿Cuándo considera Christian Bale que un personaje es bueno para interpretarlo?
-Para mí es algo instintivo, no soy analítico con los personajes. No hay una lista de detalles que vaya buscando. Los seres humanos pueden ser débiles o fuertes, pueden ser grises o brillantes. Para mí, se trata de encontrar un equilibrio entre lo que es real y no lo es. Necesito identificarme en algún área con mi personaje y sobre todo dejo que mis instintos me digan si debo interpretarlo. Me dejo guiar por la intuición
-¿Le gusta ser candidato al Oscar como mejor actor?
-Por supuesto. Siempre es halagador que te elijan. Me gusta cuando la gente habla de 'La gran estafa americana' porque es un gran filme. No me importa si gano o no, lo que realmente quiero es que el público vaya a ver la película y disfrute con ella. Esta profesión va más allá de los premios. Lo que me gusta es llegar al corazón, ponerme la máscara del personaje y revelarme como lo que soy: un actor. Cada uno tenemos una forma de interpretar para conseguir deshacernos de la máscara y que el público vea lo que hay detrás de cada personaje que interpretamos. Esta película muestra a un grupo de hombres y mujeres que pretende ser lo que no son, todos quieren reinventarse a sí mismos y tratan de hacer algo distinto con sus vidas. Eso se convierte en algo fascinante.