Apuntes

El dinero que falta en tantos servicios

La economía sumergida es una asignatura pendiente de la economía gaditana y la española dentro de una cultura fiscal que arrastra siglos de atraso

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Es difícil hablar de economía sumergida y criticar su existencia, tan voluminosa, a la vista de los espectáculos que han ofrecido las finanzas oficiales, las teóricamente visibles, las que están en la superficie. Pero como un error nunca arregla otro, como una carencia no tapa otra si no que la potencia, los ciudadanos españoles tendrán que plantearse alguna vez la lucha contra la economía sumergida. Especialmente los de zonas como la provincia de Cádiz, donde mueve un tercio del producto interior bruto, una cantidad que asciende ya a los 5.800 millones de euros. Porque si la evasión fiscal y la falta de respeto a los impuestos de los que más tienen, que son pocos, hacen daño a la economía colectiva, este inmenso goteo provoca una filtración igualmente dañina. Todo ese dinero falta cada año en los servicios que luego aparecen renqueantes, menguantes, ante los ciudadanos que los solicitan. Desde el contrabando de tabaco a los talleres ilegales, pasando por el fraude en los contratos laborales, la sangría económica nos afecta a todos y sólo cuando los propios ciudadanos sepan ver el perjuicio que esas prácticas les causan, cuando las censuren o rechacen de forma cotidiana y mayoritaria, este conflicto empezará a menguar. Hasta entonces, la lucha de las administraciones será una persecución desigual, condenada a obtener pequeños éxitos entre un gran fracaso.

Tanto la evasión fiscal de miles de millones como miles de pequeños gestos para eludir dinero a la hacienda común provocan un daño que la cultura política y ciudadana española, la gaditana, tienen que actualizar.

Sólo de ese modo será posible que las cifras llamativas empiecen a bajar, que algunos de esos 5.800 millones vuelvan a ser de todos.