José María Aznar, flanqueado por Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja, en la presentación de un libro en junio de 2010. :: ÁNGEL DE ANTONIO
ESPAÑA

Aznar planta a Rajoy pese a figurar en el programa de la convención del PP

Mayor Oreja, que iba a participar en el diálogo 'España protagonista internacional', también anula su viaje a Valladolid

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy contaba con José María Aznar para calmar los crispados ánimos del sector más conservador del partido, pero el presidente de honor del PP sepultó ayer esta pretensión. Aznar, tras sopesarlo durante quince días, dejará plantado al presidente del Gobierno y al resto de la cúpula popular y no acudirá a la convención nacional del PP, que se celebrará del 31 de enero al 2 de febrero en Valladolid.

Fuentes del entorno del expresidente del Gobierno achacan su ausencia a compromisos internacionales. Aznar estará esos días en Israel, desde donde se desplazará al Reino Unido, Filipinas y Estados Unidos. Ningún miembro de FAES, la fundación que preside Aznar, comunicó al PP que iba a hacer esta gira internacional. De hecho, el programa provisional de la convención incluye la intervención del presidente de honor del partido en la jornada inaugural. Estaba previsto que Aznar tomase la palabra después del presidente de Castilla y León, José Vicente Herrera, y antes de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, según los horarios previstos por la organización, a los que ha tenido acceso este periódico.

Aznar da la espalda a Rajoy en un momento muy delicado. Un día después de que Jaime Mayor Oreja comunicara su renuncia a volver a encabezar la candidatura del PP al Parlamento Europeo y que Alejo Vidal-Quadras, eurodiputado y vicepresidente del Parlamento europeo, anunciara su baja para irse a Vox tras 30 años de militancia en el PP.

Para completar el rosario de malas nuevas, la noticia llegó el mismo día en el que María San Gil, expresidenta del PP vasco, acusó a sus antiguos compañeros de «consentir» la «pesadilla» que, a su juicio, se vive en Euskadi «con ETA, Batasuna, los presos, Sortu, Bildu y demás entramado etarra», según apunta en un artículo publicado en la web del colectivo de víctimas Covite.

Desde que Aznar nombró a Rajoy su sucesor en 2003, las relaciones entre ambos nunca han sido fáciles. El presidente del Gobierno, durante su última entrevista televisiva, aseguró, sin embargo, que sus relaciones con su mentor eran buenas, aunque reconoció que no conversaban muy a menudo. Un claro ejemplo de este distanciamiento fue la presentación del segundo libro de memorias de Aznar, un acto que se celebró el pasado noviembre y al que no acudió ningún representante del Gobierno ni de la dirección del PP.

La de Aznar no será la única silla vacía en el auditorio Miguel Delibes de Valladolid, que albergará a más de 2.500 dirigentes populares de toda España. Mayor Oreja, que seguirá siendo portavoz del Grupo Popular en el Parlamento europeo hasta el final de la legislatura tampoco acudirá a la cita. El PP había reservado al exministro del Interior el protagonismo en uno de los 16 diálogos con dirigentes autonómicos. Debía intervenir el viernes a partir de las ocho de la tarde en el debate 'España protagonista internacional' y su interlocutor iba a ser Juan Jesús Vivas, presidente de la ciudad autónoma de Ceuta.

La decisión de Aznar, que sólo se ha perdido la convención nacional del partido en 2009, cayó como un jarro de agua fría en la dirección del partido, donde no se tienen dudas de que los movimientos de Mayor y el expresidente del Gobierno están coordinados y es una forma de mostrar su profundo desacuerdo con Rajoy, sobre todo con la política antiterrorista y la gestión del desafío soberanista de Cataluña.

Su portazo, unido al adiós de Mayor Oreja, marcarán el signo de un cónclave que fue ideado para mayor gloria de las reformas del Gobierno. El PP quería sacar pecho de los primeros resultados positivos en los indicadores macroeconómicos después de dos años de severos ajustes presupuestarios. La reunión, además, debía servir como lanzamiento oficial de la campaña a las elecciones europeas del 25 de mayo, y que el PP quiere ganar a toda costa para evitar la imagen de un desgaste mayor del partido del que los propios dirigentes del PP quieren reconocer.

Desvelar el candidato

La tensión comienza a notarse en la cúpula popular. El objetivo, tras una semana tan colvulsa, es evitar que el mensaje de Rajoy pase a un segundo plano y el protagonismo de este encuentro se lo lleven las ausencias de Aznar y Mayor Oreja, la posible grieta en el ala más derechistas o la hipotética fuga de apoyos hacia UPyD, Ciudadanos y Vox.

Un dirigente popular especuló ayer con la posibilidad de que, ante este contexto desfavorable, Rajoy opte por recuperar la iniciativa política y desvele, pese a que no lo tenía previsto, el nombre del cabeza de lista del PP en las elecciones europeas. Para ello, según los estatutos del partido, debería convocar un comité ejecutivo extraordinario. Sin embargo, un diputado popular, sin despreciar esta posibilidad, recordaba que «todo el mundo sabe que a Rajoy no le gusta que nadie le marque el paso».