Renovarse o morir

El sindicato UGT de Cádiz se la juega mañana en su congreso extraordinario. Un total de 101 delegados, aportados por las diez federaciones que integran la organización en la provincia, designarán al nuevo secretario general. Sin embargo, en esta ocasión, hay ciertos movimientos previos que abrigan la esperanza de una reconversión interna. La dimisión el pasado noviembre de Salvador Mera como responsable del sindicato en Cádiz abrió la puerta a una necesaria renovación de la UGT de Cádiz. La organización no levanta cabeza desde mayo de 2010, fecha en la que dimitió también el entonces secretario provincial, Pedro Custodio, por unos gastos personales de difícil justificación cargados a la tarjeta de crédito de la dirección sindical. Su salida desencadenó la elección de Mera en un congreso extraordinario, donde tuvo que medirse a la lista alternativa liderada por Francisco Sánchez. El verano pasado se volvió a repetir la misma escena. Mera se presentó a la reelección, pero tuvo que medirse a la lista crítica, encabezada en esta ocasión por el portavoz del colectivo exdelphi, Antonio Montoro. Mera logró la secretaría provincial, sin embargo, la jueza Alaya frenó en seco en octubre su carrera sindical. Mera se vio obligado a dejar el cargo debido a su imputación en el caso de los ERE fraudulentos. El sindicato está inmerso en un proceso jurídico que lo desacredita. Esta situación se ha visto acrecentada por la presunta malversación de los fondos públicos que recibió para cursos de formación. La aparición de una figura emergente en el seno del sindicato en Cádiz pronostica un cambio de rumbo. Francisco Andreu es el candidato de consenso para liderar a la organización en Cádiz. El consenso es sinónimo de unidad. La nueva secretaria regional de UGT, Carmen Castilla, avalará el congreso gaditano con su presencia.