De Guindos deja su cartera, en un acto en Bruselas. :: J. WARNAND / EFE
Economia

España se contagia del optimismo y eleva al 1% el crecimiento del PIB en 2014

De Guindos desoye a la Comisión y descarta una segunda fase de la reforma laboral mientras el FMI pide bajar salarios y abaratar el despido

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Cinco actos de carácter institucional y político al más alto nivel en Bruselas en apenas 36 horas son una suerte de maratón mediática que el ministro español de Economía, Luis de Guindos, no desaprovechó. Hubo tiempo para exabruptos, disculpas, loas por el fin del rescate, para ratificar el compromiso férreo con el déficit fijado por la Comisión Europea, para ser nombrado coordinador económico del PP europeo y, sobre todo, para anunciar, compartiendo mesa junto a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que España crecerá este año más de lo previsto en los Presupuestos Generales del Estado: del 0,7% proyectado se prevé ahora que llegue a cotas «próximas al 1%».

En total, dos intensas jornadas en las que la economía española copó buena parte de la agenda bruselense. Porque si el lunes por la tarde el Eurogrupo avaló la «exitosa» salida del complejo rescate bancario, por la noche, en una multitudinaria conferencia organizada por el PP europeo -gran parte de los asistentes al Eurogrupo estaba allí-, De Guindos, junto a Schäuble, se felicitó del cambio de tornas y de que 2014 será «el año de la recuperación». Ayer, De Guindos participó en un desayuno del FMI, asistió al Ecofin (ministros de Economía de la UE) y, ya por la tarde, explicó en el Europarlamento las claves de la economía española, aunque sin entrar en detalles sobre la reforma fiscal como le pidieron sus señorías.

Dos son los grandes titulares que deja esta frenética visita: el Gobierno se reafirma en que no habrá una segunda fase de la reforma laboral; y el país crecerá este año más de lo previsto. «Ya dijimos en su día que el Ejecutivo era muy prudente en sus previsiones. El perfil que tuvimos a lo largo de 2013 es mejor de lo inicialmente previsto, y lógicamente, la inercia con la que se entró en 2014 es mejor», explicó el ministro antes de recordar que será en abril cuando el Gobierno revise todos estos indicadores de cara a elaborar el nuevo programa de estabilidad.

«Hace dos años estábamos al borde del colapso y ahora la situación es totalmente diferente», se felicitó el ministro mientras asentían los dos pesos pesados que le acompañaron en el desayuno. «España ha hecho un muy buen trabajo», reconoció la mano derecha de Merkel, que, sin embargo, rehusó 'aconsejar' en público a su colega sobre qué medidas hay que tomar para combatir el paro. «No tengo nada que comentar, sólo apoyar lo que diga el Gobierno español», dijo Schaüble.

Lagarde, por su parte, sí aprovechó la oportunidad para pedir reformas en el mercado laboral para combatir un paro del 26% que adquiere tintes dramáticos entre los más jóvenes, con más del 56% sin trabajo. Felicitó a los sindicatos «por su valentía» y pidió algo de tiempo. «En el caso de España, se han decidido y votado muchas reformas y ahora deben probarse, ver cómo funcionan», remarcó. Eso sí, también dejó muy claro que «se necesita más en todas partes porque los mercados laborales, por el impacto de la tecnología, la demografía y la globalización, evolucionan constantemente».

Consejos

Lo que obvió Lagarde fue el contenido del libro presentado y que vuelve a 'aconsejar' a España medidas drásticas como la bajada de salarios o un despido más barato para los indefinidos con el fin de equiparlos a los temporales. Advierte de que el «éxito de la reforma depende de la aplicación», dado que «la eficacia de anteriores reformas se vio comprometida, en parte, por la interpretación restrictiva de los tribunales». Su diagnóstico es claro: «la volatilidad del empleo se debe a la rigidez de los salarios, la insuficiente flexibilidad de las condiciones laborales y la alta dualidad del mercado laboral».

Una visión también compartida el lunes por el vicepresidente económico de la CE, Olli Rehn, pero sobre la que el ministro De Guindos hizo oídos sordos. Aseguró que «por supuesto» siempre tienen muy en cuenta las recomendaciones del FMI o la Comisión, pero que España no va a realizar una segunda fase de la reforma laboral puesto que el «núcleo duro» de la misma ya está hecho y lo que ahora hay que hacer son «perfeccionamientos» como el aprobado a finales de diciembre con la simplificación de los contratos «porque nuestro problema de paro es gravísimo».

La duda es saber si Bruselas se conformará con «perfeccionamientos» y no con la segunda fase prometida».