Ermita donde se guardaba la sangre papal. :: AFP
Sociedad

Una reliquia en manos satánicas

El robo de restos de sangre de Juan Pablo II en un santuario abre tesis extrañas como la extorsión o los ritos demoníacos

ROMA. Actualizado: Guardar
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La crónica de sucesos italiana produce periódicamente el acontecimiento escabroso de la temporada. Por ejemplo, el secuestro del cadáver de un famoso para pedir un rescate a su familia. El último fue el del popular presentador televisivo, Mike Bongiorno, cuyos restos desaparecieron exactamente hace tres años, el 25 de enero de 2011 y aparecieron once meses después. Esta vez han robado una reliquia de Juan Pablo II, un paño manchado con sangre derramada en el atentado de 1981, que se conservaba en una ampolla en una ermita de las montañas del Abruzzo, San Pietro della Ienca

El viernes estaba allí, pero cuando el párroco volvió el domingo, ya no. También debió de ser el día 25. La Policía no descarta el móvil extorsionador. Por ejemplo, en 1991 un capo mafioso robó el mentón de San Antonio de Padua para pedir la liberación de su primo, cosa que consiguió. Pero las fechas también han sugerido la tesis de los pirados satánicos. En Italia, que en realidad es un país muy pagano y esotérico, siempre andan por ahí. A partir del día 25, según los entendidos, inicia el dominio de un tal Volac, un demonio del sector.

Los expertos afirman que en estas fechas, en preparación de la Nochevieja satánica, que por lo visto es el 1 de febrero y no debe de ser tan pachanguera como la normal, pasan cosas así. Giovanni Panunzio, coordinador del organismo de vigilancia italiano sobre el fenómeno, explica que es ahora cuando los símbolos sagrados son más valiosos para las sectas como objeto de profanación, sobre todo si tienen alguna connotación especial, como en este caso.

La reliquia de Wojtyla, que será canonizado el 27 de abril, alcanzaría un precio de «decenas de miles de euros». Es decir, cabe la posibilidad de que el autor del robo no pertenezca a una secta, pero haya visto el negocio con algún adorador del diablo sin problemas de liquidez. Desde luego para manejar dinero en estos momentos de crisis se necesitan a veces pactos de este tipo.

El presidente de la asociación que se ocupa del santuario, Pasquale Corriere, no tiene duda de que se trata de «un robo por encargo». Los ladrones serraron los barrotes de la ventana y no se llevaron ni el dinero de las limosnas, que no era despreciable pues el lugar es destino de peregrinación de muchos fieles.

La sangre del Papa polaco había terminado en este templo porque Juan Pablo II solía detenerse allí a rezar cuando iba de excursión a las montañas. Pasó más de cien veces por esta ermita. Por eso su secretario, Estanislao Dziwisz, donó la reliquia a esta iglesia en 2011. Sólo hay otras dos con una similar.