ESPAÑA

Carme Chacón ya no teme a Madina

El parlamentario vizcaíno ha rechazado una oferta para sumarse a la candidatura de la exministra de Defensa Ha pasado de ofrecerse como número dos al diputado vasco a convencerse de que tiene posibilidad de ganar las primarias

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nadie tiene ya duda en el PSOE de que Carme Chacón va a poner toda la carne en el asador para ganar en las elecciones primarias, abiertas por vez primera a la participación ciudadana, lo que los representantes de la militancia no quisieron darle en el 38º Congreso, las riendas del primer partido de la oposición. Ni siquiera parece preocuparle a estas alturas la eventual participación de Eduardo Madina en la contienda. Si hace meses parecía esperar a conocer sus movimientos, ahora sabe a ciencia cierta que el diputado vasco no se subirá a su tren. Y no le importa.

«Chacón se ha creído las encuestas», dicen quienes han hablado con ella en las últimas semanas para explicar su cambio de actitud. Esas encuestas, las que se han publicado hasta ahora en los medios de comunicación, dicen que ella es la favorita para los votantes socialistas a bastante distancia -del orden de diez puntos- respecto a quienes podrían ser sus competidores en la campaña que tendrá lugar entre octubre y noviembre próximos. Esa chispa le ha bastado para poner en marcha una maquinaria que estaba a medio gas, incluso a 7.000 kilómetros de distancia.

La exministra catalana, que se ha librado del desgaste diario que supone estar en la primera línea política en un contexto de crisis como el actual, dio el pasado agosto un paso que le permitió preservar aún más su imagen de puertas afuera. Dejó su escaño en el Congreso, donde se habría visto obligada a participar en votaciones tan espinosas como la que dividió de nuevo a PSOE y PSC a finales de octubre, y se fue a dar clases de derecho público comparado y política internacional a un centro de estudios superiores de Miami. Pero en los últimos tres meses ha viajado a España en al menos cuatro ocasiones. Y estará de vuelta, definitivamente, antes del verano.

En sus visitas ha pulsado los ánimos del partido. Y su conclusión, a tenor de lo que sostienen buena parte de sus interlocutores, es que conserva un colchón amplio entre los que secundaron su batalla contra los partidarios del actual secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba. Es decir, que no tendrá problema para recabar los casi 12.000 avales necesarios para concurrir a las primarias -el 5% del censo de militantes- o para conseguir adeptos que hagan campaña a su favor.

Siempre se había entendido, incluso entre los suyos, que sólo la participación del secretario general del grupo parlamentario podría neutralizarla. El tirón de Madina, de 38 años, entre las bases es consistente y basta con asistir a un acto con militantes para ver las colas de simpatizantes deseosos de hacerse una foto con él. Aunque también Chacón, que está a punto de cumplir 43 años, y Patxi López, que se acerca a los 55, tienen entusiastas.

Hasta el pasado noviembre, en todo caso, ella misma alentaba la idea de empujar la candidatura de Madina. Fue cuando aseguró que, aunque tenía claro su deseo de defender un «proyecto de cambio» en las primarias aún no había decidido con qué dorsal. En aquel momento, según fuentes del partido, habría estado dispuesta a ejercer como número dos de Madina, pero él, que tiene sus propias ideas para el futuro del PSOE y explora ya las posibilidades de sacarlo adelante, nunca vio claro el sentido de un 'ticket' a la americana.

Vuelco

El caso es que las cosas han cambiado. La exministra de Vivienda y de Defensa propuso hace pocos días al diputado vizcaíno que se ponga a su lado y, según fuentes conocedoras de esa conversación, él volvió a decir que no. La diferencia es que en esta ocasión ella se mostró muy convencida de sus posibilidades de victoria.

Sus defensores sostienen que, además de la edad, y el hecho de ser mujer, ser catalana resulta en estos momentos una baza poderosa. Sería, aducen, la encarnación de una tercera vía y de la conciliación, Chacón en su lenguaje siempre pulido lo llamaría «coalición de afectos mutuos». No deja de ser curioso porque, a pesar de rechazar la independencia, la exministra se puso de perfil cuando arreció el debate soberanista; se abstuvo en la votación más peliaguda que sobre el derecho a decidir de Cataluña se ha celebrado en el Congreso, y, cuando Rubalcaba y Pere Navarro lograron un difícil entendimiento entre el PSOEy el PSC, estaba ausente.