Economia

Argentina condiciona la compra de dólares a los ingresos

La autoridad fiscal vigilará que se haya declarado una renta suficiente para la cuantía de divisas que se vaya a adquirir

MADRID. Actualizado: Guardar
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El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, precisó ayer parte de las medidas adelantadas por el jefe de Gabinete de la presidenta tras el desplome del peso argentino que limitan el alcance de las mismas. Respecto al levantamiento del 'cepo cambiario', impuesto en 2011 y que prohibía la compra de divisas -dólares- en el mercado oficial para el atesoramiento y ahorro, Kicillof explicó que para poder comprar dólares, el interesado deberá estar registrado ante la autoridad fiscal y tener una capacidad de ingresos proporcional al volumen de la compra. «Habilitar la compra de dólares no quiere decir que los que más tienen y menos contribuyen a la estabilidad se harán con los dólares. El mecanismo va a beneficiar a los que menos tienen», señaló el ministro argentino en una entrevista con el diario 'Página 12', matizando que «la capacidad de compra estará asociada al nivel de ingreso normal de los individuos». La segunda medida consistía en reducir el impuesto que pagan las compras en el exterior con tarjeta de crédito y la adquisición de divisas con fines turísticos. Este recargo es del 35% y Capitanich adelantó que se reduciría al 20%. Ahora, Kicillof dice que se quedará en el 35%.

El ministro de Economía criticó a los economistas que alertan de los problemas de inflación de Argentina y afirmó que «no hay un problema de precios» que pueda dejar al país «al borde del precipicio». Sin embargo, Argentina tiene una inflación del 30% anual, según analistas privados, no reconocida oficialmente, aunque el Gobierno de Cristina Fernández sí ha aceptado subir los sueldos de los maestros y policías un 40% y un 50% respectivamente. Los argentinos están acostumbrados a comprar dólares como refugio para que su dinero no pierda valor. La devaluación del peso provocó una fuerte caída de la Bolsa española el viernes. El miedo ahora es que la volatilidad se traslade a otras economías sudamericanas, especialmente Brasil. Entonces sí vendría el tsunami.