Totó Riina en una fotografía de archivo tomada en 1993 en Roma. :: AP
MUNDO

Los inquietantes monólogos de Totó Riina

El gran capo echa pestes en prisión del juicio sobre los pactos del Estado con la Mafia y ha ordenado la muerte del fiscal Di Matteo

ROMA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Totò Riina, el más temible capo de los Corleoneses, detenido en 1993 y responsable de los asesinatos de los jueces Falcone y Borsellino, entre otros muchos, después de años de silencio se ha marcado unos extraños monólogos en la prisión de Milán donde se halla recluido. Encarcelado de por vida en el régimen de máximo aislamiento, sólo tiene derecho a un rato de aire libre en compañía de otro preso, elegido cuidadosamente para evitar cualquier tipo de comunicación de mensajes del capo hacia el exterior.

Nunca se ha sabido que le diera por contarle su vida a sus compañeros de recreo, pero el pasado verano los fiscales de Palermo descubrieron, tras colocar micrófonos, que se despachaba a gusto con el otro recluso, hacía inquietantes comentarios y se mostraba muy nervioso. Todo coincidía con el inicio del polémico juicio de la 'Trattativa', en mayo de 2013, el proceso sobre los pactos secretos entre el Estado italiano y la cúpula de Cosa Nostra tras los grandes atentados de 1992 y 1993. Sienta en el banquillo tanto a mafiosos como a altos cargos de las instituciones y amenaza con destapar muchos trapos sucios.

Los fiscales decidieron espiar a Riina, precisamente, porque en el juicio empezaba a soltar frases misteriosas y se veía que tramaba algo. De agosto a noviembre de 2013 tomaron buena nota de sus charlas y se alarmaron. El viejo capo, de 83 años, está muy cabreado por este proceso y ha jurado en varias ocasiones, durante estos paseos por el patio, que el fiscal del caso, Nino Di Matteo, tiene los días contados: «¡Di Matteo debe morir, y con él todos los fiscales del juicio de la 'Trattativa', me están sacando de quicio, aunque sea la última cosa que haga! (...) ¡Le hago terminar como un atún, como Falcone!».

Estas frases trascendieron el pasado mes de noviembre y redoblaron la atención sobre Di Matteo, que ya lleva veinte años con escolta pero que desde el inicio del proceso ha recibido varias amenazas de muerte. Y, lo más significativo, escasas muestras de solidaridad del mundo político y judicial, como le pasó a Falcone y otros muchos. Di Matteo está tocando misterios muy delicados sobre las sucias relaciones entre el Estado y la Mafia y le están dejando totalmente solo.

En fenicio y arameo

Los analistas de Mafia, para variar, no saben qué creer, pues descifrar lo que piensa Riina es un arte complejo. Puede que hable en serio o para la galería, aunque parece que tomaba el patio como un lugar fuera del alcance de oídos indiscretos: en una sala interna sólo hablaba de fútbol y del tiempo, y fuera de todo lo demás. Pero Riina es tan listo que muy bien puede hacerse el tonto y recitar para mandar mensajes al exterior. ¿Qué significan? Es la gran pregunta. Para los fiscales de Palermo tal vez está preocupado porque el juicio destape secretos aún ocultos de aquellos años de terror, sobre sus relaciones con las autoridades y los atentados de Falcone y Borsellino, asesinados precisamente porque las habían descubierto.

Esta semana se han filtrado textos íntegros de los monólogos de Riina y sorprenden porque habla de lo divino y lo humano. Hasta del papa Francisco, que le gusta, o de Silvio Berlusconi: recuerda que tuvo al mafioso Vittorio Mangano como mozo de cuadras y que al magnate lo «tenían» los hermanos Gravano, capos de Palermo, un asunto que nunca ha llegado a demostrarse.