Hollande y Trierweiler negocian su separación

François Hollande y Valérie Trierweiler han entablado negociaciones sobre su probable separación y reflexionan juntos sobre sus consecuencias materiales con la intención de salir con la cabeza alta de la crisis por la que atraviesa la pareja presidencial francesa. Es lo que afirma el diario Le Figaro que ha entrevistado a la abogada de la periodista al cumplirse dos semanas de la revelación con fotos robadas por la prensa del corazón del idilio del presidente galo con la actriz Julie Gayet.

«El presidente de la República y mi cliente reflexionan. La decisión no pertenece más que a ellos. Es muy difícil para Valérie Trierweiler estar serena frente a la presión mediática y política. Pero es consciente de que se impone una clarificación», declara Frédérique Giffard, abogada de la pareja oficial de Hollande. El jefe del Estado francés se ha comprometido a clarificar en público la situación antes del programado viaje en pareja a Estados Unidos el próximo 11 de febrero que incluye una cena en la Casa Blanca con el matrimonio Obama.La letrada, que conoció a su patrocinada en 2007 con motivo de su divorcio, desmiente entre otros varios rumores y chascarrillos que Trierweiler finja su depresión nerviosa o ejerza un chantaje afectivo al mandatario infiel.

«Imaginar que pueda querer instrumentalizar su desasosiego es totalmente contrario a su personalidad y a su manera de concebir las relaciones humanas, basadas en la franqueza», asegura antes de subrayar que la periodista «desea realmente que todo este asunto pueda resolverse para salir de él lo más dignamente posible».

Un futuro incierto

La información, que también se basa en el «entorno inmediato» de la mujer de Hollande, afirma que la verdadera preocupación de Trirweiler consiste en cómo organizar cuestiones de su vida futura como encontrar un lugar donde vivir sin ser molestada por los paparazzi y reconstruir su porvenir profesional.

Aunque conserva una columna semanal en la revista Paris Match, justo después de acceder en mayo de 2012 al rango oficioso de primera dama renunció a presentar programas en la cadena de televisión D-8 que era su principal fuente de ingresos. Con tres hijos a su cargo, dos de ellos mayores de edad, su modesto patrimonio se limita a una casa a las afueras de París en gananciales con su exmarido, Denis Trierweiler.