Sociedad

España, segundo país en desigualdad de la UE

Oxfam denuncia en el informe 'Gobernar para las élites' la disparidad de ingresos como el segundo riesgo más importante a escala mundial Los 20 españoles más ricos acumulan una fortuna de 77.000 millones, igual que la renta del 20% de los más pobres

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España es el segundo país europeo con más desigualdades, tan solo por detrás de Letonia, según denuncia el informe 'Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica', presentado ayer por Oxfam Intermón. Mientras la mitad más pobre de la población mundial posee la misma riqueza que las 85 personas más adineradas del mundo, en España, la riqueza de las 20 personas más ricas (77.000 millones) es equivalente a la renta del 20% de las personas más pobres.

El informe de la ONG, que ve esa disparidad de ingresos como el «segundo riesgo más importante a escala mundial», pone de relieve que antes de la crisis el 20% de los españoles más ricos ganaba 5,3 veces más que el 20% más pobre; pero en 2011, esta cifra había aumentado a 7,5 veces. Si la tendencia continúa, para 2025 el 20% de los españoles más ricos podrían ganar en promedio 18 veces más que el 20% más pobre. Intermón considera que lo que ocurre en parte de Europa y en España es «una rotura entre las decisiones políticas y los compromisos de la política pública con la ciudadanía».

Esto abre una «nueva fase» del capitalismo donde las instituciones del Estado «han sido secuestradas por las élites y los poderes económicos, marginando al ciudadano de las decisiones políticas y degradando el sistema democrático, que de seguir así podría llegar a convertirse en una farsa participativa que tan sólo sirve para encubrir una progresiva concentración del poder». Por todo ello, la ONG advierte de que la desafección democrática en España «es patente y creciente, y se torna peligrosa.

La desilusión se extiende desde lo político, donde se percibe el hastío con un sistema 'partitocrático', hacia otras instituciones del Estado y hacia las instituciones y organizaciones formales, en general, lo cual contribuye al desprestigio de las mismas y aventura futuros conflictos político-sociales». El informe cuenta con la opinión de expertos que abordan cómo el aumento de la desigualdad en España «favorece y a su vez retroalimenta el que una élite económica y política interfiera a su favor en los procesos políticos y legislativos, en detrimento de la mayoría de la población».

Fortunas en el extranjero

En este sentido, el profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Subirats, afirma que los poderes públicos «están en manos de los grandes fondos de inversiones» y por ello «deben plegarse a sus condiciones». Esto supone que «unos pocos, los más poderosos, tienen mucha voz. Se les hace mucho caso. Muchos otros, los menos poderosos, tienen muy poca voz. No se les oye».

De manera paralela, y según el presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), Carlos Cruzado, tras los recortes y ajustes emprendidos por el Gobierno desde 2010, «el 90% de los españoles piensa que los impuestos no se pagan justamente», tal como revela el CIS.

Cruzado explicó que esa percepción se ve justificada en que el IRPF que «aporta más del 40% de los ingresos tributarios del Estado, se nutre en un 85% del gravamen a los rendimientos del trabajo, frente al 8% del referido a las rentas del capital y el 7% del correspondiente a los beneficios de las actividades empresariales y profesionales». Junto a ellos, el presidente de Gestha apuntó que «se mantienen instrumentos de evasión» fiscal como las sociedades de capital variable y las entidades de tenencia de valores extranjeros, «utilizadas por grandes patrimonios y empresas, respectivamente, para reducir considerablemente su factura fiscal o demorar eternamente el pago de impuestos».

Además, denunció que se prodiga la lucha contra los paraísos fiscales, «al tiempo que se favorece a los capitales que operan en ellos, permitiendo a los residentes en estos territorios adquirir deuda pública sin retención fiscal».Cruzado indicó que es necesario adoptar soluciones políticas «valientes, que pongan freno a la influencia de la riqueza en la política. Ha llegado el momento de acabar con la inequidad».