ERRORES Y SOLUCIONES

Mucho me temo que Alberto Moncayo no estará en el Mundial de Motociclismo la próxima temporada que está a punto de comenzar. Decía él hace unos días que la financiación tenía mucho que ver en ello. Apunto yo que el dinero, como en la vida, es importante, pero no decisivo si se cae finalmente de la parrilla, tanto de Moto2, donde ya demostró con creces que no era su sitio, como de Moto3, donde tenía hueco, pero donde los jóvenes valores parece que le han levantado la silla tras su voluntaria ausencia. Y es que ya se sabe que aquí el que se mueve no sale en la foto.

Debo reconocer que durante toda la temporada fui crítico, muy crítico con Moncayo; excesivamente ácido en ocasiones. Pero da rabia tener claro que alguien a quien has visto crecer deportivamente, madurar sobre el asfalto y alcanzar un nivel óptimo para pelear por victorias en un Mundial dé un paso en falso en el momento menos oportuno y lo tire todo por la borda.

Porque Moncayo tiene talento para pilotar, es rápido y 'sólo' le faltaban por pulir algunas aristas del diamante para que brillara definitivamente. La lástima es que a la hora de pulir se han equivocado de aristas e igual han fastidiado el diamante.

Subir a Moto2 para pilotar una moto 'perdedora' cuando estás en la etapa de convertirte en un piloto 'ganador' es como tomarte dos pizzas barbacoa antes de correr la Maratón de Nueva York. Y si encima tienes la mala suerte de que los ingredientes de la pizza están caducados, apaga y vámonos. Porque los temas mecánicos y de lesiones también cuentan, claro está, aunque la esencia sea la esencia.

En cualquier caso, el verdadero error no es equivocarse sino no admitirlo y corregirlo. Parece que Moncayo ha arrojado la toalla y se conforma con competir en pruebas nacionales, donde probablemente ganará.pero no crecerá lo que su metro dictaminaba en el circuito.