«Tenemos el derecho y el deber de vivir con alegría»
La jerezana, una de las voces más premiadas de los últimos años, presentó esta semana en la Bonald su libro 'Las pequeñas espinas son pequeñas' Raquel Lanseros Poeta
Actualizado: GuardarEsta semana presentó en la Fundación Caballero Bonald su por ahora último libro, 'Las pequeñas espinas son pequeñas'. La poeta jerezana, con un currículum a la altura de las voces más prestigiadas de ambos lados del Atlántico, habla en esta entrevista de su obra y trayectoria pero, sobre todo, de poesía.
-'Las pequeñas espinas son pequeñas' reza el título de su último poemario. ¿Es ese minimizar los daños por lo que según dice el libro está marcado por las constantes ganas de vivir?
-Es una especie de balance sobre lo que significa la vida y obviamente una se encuentra con el dolor que está simbolizado con esas espinas, pero la filosofía que subyace en el libro es que, a pesar de todo, tenemos el derecho y el deber de continuar viviendo con toda la alegría que podamos y luchando cuando hace falta.
-¿Es este el libro más suyo, en el sentido de que resulta más vital o autobiográfico?
-Al ser el último uno le tiene más cariño porque está recién nacido y más cercano a quien soy yo en el tiempo a lo que escribí hace diez años, pero creo que en todos los libros que he escrito he intentado reflejar quién soy de la forma más veraz posible y esta no es una excepción.
-En su caso, ¿la necesidad de escribir se apacigua con el tiempo o por el contrario aumenta a medida que uno se hace mayor y tiene más peso en la mochila?
-Yo creo que lo segundo, que la necesidad de escribir, en mi caso, se vuelve cada vez más constante. También creo que la situación actual tampoco ayuda a lo contrario. No es un momento para dejar de escribir porque están pasando tantas cosas que se hace necesario para cualquier ciudadano, pero en particular para un escritor. Eso en lo colectivo, y en lo individual, con el paso del tiempo uno va acumulando experiencias y por lo tanto tiene más necesidad de transmitirlas.
-Poesía, libertad, razón, esperanza. Estas fueron las claves del discurso de Caballero Bonald en la entrega del Cervantes, ¿añadiría algo más?
-Estas palabras son muy certeras. Libertad es para mí y para un gran porcentaje de la humanidad la palabra más hermosa de cualquier diccionario y además la poesía es el territorio por antonomasia de la libertad. Razón es también una palabra muy importante porque la poesía además de ser emoción, música, memoria, es también reflexión y filosofía. En el caso de esperanza, me parece también una palabra definitiva. En los tiempos oscuros uno tiende a desanimarse, pero dijo una vez el gran escritor uruguayo Eduardo Galeano que el pesimismo hay que dejarlo para los tiempos mejores, es decir, ahora no podemos permitirnos ese lujo, tenemos que estar esperanzados e imaginarnos otra realidad posible.
-¿Es ese poder curativo el origen del poemario en el que pudo participar, 'Poesía ante la incertidumbre'?
-Es cierto que la poesía es balsámica, sanadora, curativa, todas estas atribuciones que tiene lo son más en tanto en cuanto se da una comunicación con otro. Esa era la tesis genérica de 'Poesía ante la incertidumbre'. La verdad es que la palabra incertidumbre a medida que van pasando los años se va manifestando como más certera. Ese libro también fue un modo de estrechar fronteras entre España y Hispanoamérica desde el punto de vista poético. Esa unión a través de una lengua es una de las cosas que más me ilusionó en su momento y que más me ha enriquecido después.
-¿Y que le sugiere la palabra compromiso?
-Se habla mucho de compromiso, de poesía social, y a veces es un término denostado, porque da la sensación que se asocia con lo planfletario, con lo adoctrinante. Sin embargo, para mí sí es algo muy importante, creo que el hecho de escribir poesía ya es una forma de compromiso porque desde el momento en que el poeta tiene un pacto consigo mismo de ser veraz y auténtico, de no traicionarse, de exponer con naturalidad y sin impostura lo que le parece su verdad, ya es en sí un compromiso. Si además, de vez en cuando se sale de su yo interior para recaer en el nosotros y atender en los asuntos colectivos que además ahora son especialmente acuciantes, tenemos al poeta comprometido. Sí veo indisoluble la palabra compromiso a la poesía.
Deseo de perdurar
-Lógicamente, lo de voz joven se va quedando atrás pero, ¿continúan asustando o imponiendo los premios?
-Hace un tiempo alguien me dijo: «En España se pasa de escritor joven a escritor consagrado sin pasar por la madurez». En cuanto a los premios, creo que la razón por la que nos presentamos a premios cuando empezamos a escribir y después también es porque sabemos que en poesía es difícil publicar en determinadas editoriales, en editoriales de mayor difusión. Para mí ese es el verdadero premio, publicar. Porque obviamente tampoco voy a defender que un libro premiado sea una obra mejor o peor que una que no lo esté.
-¿Escribe Raquel Lanseros para el hoy o con el deseo de perdurar?
-Creo que todo el mundo que escribe lo hace para ambas cosas. Uno escribe para el presente, pero de alguna u otra forma cualquier persona que desarrolla una disciplina artística incoscientemente está intentando expresarse a través del tiempo. Otra cosa es que sea muy difícil porque es una palabra que no tienen los contemporáneos, sino las generaciones que están por venir, por eso es algo con lo que uno no puede contar. El arte es la forma que tenemos los seres humanos de revelarnos ante la muerte, el paso del tiempo, ante la propia fragilidad de nuestro destino.