El régimen sirio ensaya un perfil amable para Ginebra II
La oposición se reúne en Estambul para decidir si participará en una cita en la que EE UU asegura que busca una transición sin Bashar el-Asad
Actualizado: GuardarEl régimen sirio mueve ficha antes de la conferencia Ginebra II del miércoles y pone sobre la mesa una doble oferta de alto el fuego en la provincia de Alepo e intercambio de prisioneros con la oposición armada. El ministro de Exteriores, Wallid Muallem, que encabezará la delegación oficial que viajará a Suiza junto a la asesora presidencial, Bouzeina Shabaan, visitó Moscú para reunirse con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, y ultimar los detalles de su posición de cara a la cita negociadora.
Muallem informó a Lavrov de la disposición del régimen «a canjear detenidos por prisioneros capturados por el bando contrario» y presentó un plan para «el cese de todas las acciones militares» en la región de Alepo, en el norte del país, que desde comienzos de año viene siendo escenario de una guerra interna entre los grupos armados de la oposición.
Mientras el Ejecutivo preparaba el viaje a Suiza -la cumbre tiene previsto celebrarse el miércoles en Montreux y el viernes en Ginebra-, la oposición política se reunía en Estambul, bajo una enorme presión de los países occidentales, para decidir su participación o no en la negociación. Anoche no se conocía todavía una resolución firme al respecto y Munzer Aqbiq, asesor del presidente de la Coalición Nacional Siria, Ahmad Jarba, adelantó a la agencia AFP antes de comenzar la reunión que «tomar la decisión de participar o no en esta conferencia no es fácil. El derecho, la justicia, el bien y el mal están perfectamente identificados en el caso sirio, por eso será doloroso hacer concesiones».
La cita del próximo miércoles será el tercer intento por parte de Naciones Unidas de sentar al régimen sirio y a los opositores en la misma mesa. Esta vez, la organización multinacional cuenta con la implicación directa de Rusia y Estados Unidos, cuyos mandatarios repiten que la única solución para Siria es la política y ya obtuvieron un primer éxito diplomático en septiembre pasado con el desmantelamiento del arsenal químico del régimen para evitar el bombardeo estadounidense.
La gran incógnita sigue siendo la participación de Irán, ya que Moscú y Washington todavía no han conseguido alcanzar un acuerdo al respecto. Lo que se va a poner sobre la mesa en Ginebra es el manifiesto acordado hace dieciocho meses en la misma ciudad. Los puntos principales de ese texto son el alto el fuego, la liberación de los detenidos y la formación de un Gobierno de transición. No hay mención directa a la figura del presidente, Bashar el-Asad, aunque el secretario de Estado estadunidense, John Kerry, adelantó ayer en Washington que en el proceso negociador «quedará claro que no hay una solución política posible si El-Asad no habla sobre una transición y si cree que va a ser parte de ese futuro. Eso no va a suceder»
Un día después de que el viceministro de Exteriores sirio, Faysal el-Mekdad, revelara en la cadena BBC que varios servicios de Inteligencia occidentales viajaron recientemente a Damasco para requerir la cooperación del régimen en materia antiterrorista, Kerry quiso separar este espinoso asunto de la cita negociadora de Suiza. «El-Asad no va a engañar a nadie», dijo el jefe de la diplomacia norteamericana, ya que «lleva meses intentando perfilarse como el protector de Siria contra los extremistas, cuando él mismo ha estado financiando a esos extremistas y cediéndoles territorio a propósito para poder argumentar después que es el protector contra ellos».