«En Estados Unidos somos incapaces de castigar a los grandes culpables»
La estrella forma de nuevo pareja con Martin Scorsese para interpretar a un inversor sin escrúpulos en la esperada 'El lobo de Wall Street' Leonardo DiCaprio Actor
LOS ÁNGELES. Actualizado: Guardar'El lobo de Wall Street' vuelve a unir a una pareja de lujo en Hollywood: Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio. En esta quinta colaboración del director con el actor, por fin podría DiCaprio lograr el más que ansiado Oscar. El Globo de Oro lo ganó hace unos días y la nominación se da por segura, así que solo falta que finalmente el Oscar llegue a sus manos. En realidad, que gane o no es lo de menos, porque su público se rendirá ante esta historia a caballo entre la comedia ácida y la sátira que pone de relieve la codicia humana. Este lobo, que aúlla robando los bolsillos de sus inversores, se inspira en la historia real del corredor de Bolsa Jordan Belfort (DiCaprio) desde su deslumbrante aparición en los círculos más exclusivos hasta su caída en el crimen y la corrupción. Con esta versión cómica de la depravación de Wall Street, Leonardo DiCaprio celebra 25 años de carrera, que a sus 38 quiere decir que lleva dos tercios de vida trabajando. Desde la cúspide, DiCaprio disfruta de un estatus ganado a pulso.
-¿Qué dice este filme sobre Wall Street?
-La película no representa a Wall Street porque el protagonista vivía en un mundo lejos de la ciudad. Era un pececillo en ese océano de ballenas y tiburones que puebla el sistema financiero y que ha robado millones a los norteamericanos. Vemos el lado oscuro de la naturaleza humana, algo que merece la pena explorar y hablar, y nosotros lo hacemos desde este personaje indulgente y decadente. Es una representación clara de los tiempos que vivimos. La economía crece con la expansión de la población y estamos actuando como si el mundo tuviera recursos infinitos.
-Se muestra crítico con respecto a la humanidad.
-Mira el estado del planeta. Me parece increíble, casi surrealista, y desde una perspectiva medioambiental es asqueroso que el viejo dólar siga mandando en todo. El planeta está sufriendo y considero importante luchar por causas que no tienen voz porque a su costa hay gente que se enriquece. Pensaba que estábamos en una crisis económica y veo que en Nueva York todo ha cuadruplicado su precio. No tiene sentido para mí.
-¿Está al día de la política financiera internacional?
-No. No sabía nada de finanzas antes de embarcarme a rodar esta película. El mercado de valores no tiene sentido para mí. Pero este no es un filme sobre finanzas, es una historia sobre la codicia humana.
-Llevaba siete años obsesionado con 'El lobo de Wall Street'. Finalmente, su director fetiche le ayudó a realizarla.
-Estoy muy agradecido a que Martin Scorsese siga siendo un rockero a sus 71 años. Este filme fue para mí un carga de adrenalina constante, de hecho no he podido volver a trabajar desde que lo terminé. Con este tipo de personajes detienes tu vida, te envuelven, para bien o para mal. Gracias a Dios no tengo ninguno de los atributos de este personaje en mi vida real, porque de otra manera no estaría aquí hoy.
-¿Qué elementos destacaría de 'El lobo de Wall Street'?
-En mi experiencia Scorsese nunca lo ha pasado mejor rodando una película como con ésta. A mí me llegó el guión hace siete años. Bueno, en realidad primero recibí el libro y luego este increíble guión, que estaba lleno de referencias sobre el Imperio Romano, porque aunque la historia de Jordan ocurrió a finales de los ochenta o principios de los noventa la novela me recordaba a Calígula, el emperador loco. Mi personaje, tratando de aprovechar cada oportunidad, vive la vida con el mismo libertinaje que el emperador romano.
-¿Ha tratado de empatizar con Jordan después de lo que hizo?
-Creo que en un mundo no regulado vamos a encontrar gente que trata de tomar ventaja de cualquier oportunidad, pero no solo en Wall Strett. Jodan Belfort no era el más rico de todos, no era multimillonario robando miles de millones. En Estados Unidos culpamos a los mediocres, pero somos incapaces de perseguir o castigar a los grandes culpables. En la historia americana mucha gente ha hecho cosas similares y han quedado libres. De hecho muchos de esos presidentes o consejeros delegados siguen cobrando bonus.
-Decadencia en estado puro.
-Pero es la autenticidad con la que Jordan Belfort explora esta época lo que hizo que Martin se sintiera tan presionado. Me dijo: «Mira, he hecho películas sobre gánsteres y criminales, sé que si interpretas a esta gente y su mundo con autenticidad, si eres genuino con sus vidas sin edulcorar su código, o sin buscar la simpatía, el público abrazará la historia». Hemos representado un retrato honesto de un tiempo absolutamente loco, exagerado y codicioso.