Tensa calma el primer día del 'cierre' de Bangkok
Los manifestantes antigubernamentales paralizan parcialmente la capital para exigir elecciones anticipadas
SHANGHÁI. Actualizado: GuardarLa sangre no ha llegado al río en Tailandia. Al menos por el momento. Ayer, la primera jornada de las protestas que se iniciaron con el objetivo de paralizar la capital, Bangkok, discurrió sin sobresaltos según el guión previsto, y las multitudinarias marchas consiguieron su objetivo a medias: la mayoría de las principales arterias de la megalópolis amanecieron casi desiertas, muchos trabajadores se quedaron en sus casas por miedo a verse involucrados en altercados, y las molestias para quienes acudieron a sus empleos fueron muchas. Pero el Gobierno no dio su brazo a torcer.
De momento, la fecha de las elecciones anticipadas, convocadas por la primera ministra interina, Yingluck Shinawatra, para tratar de acabar con el caos político que se ha apoderado del país desde hace casi dos meses, continúa siendo el 2 de febrero. Eso sí, la impresionante movilización de ayer ha conseguido que Yingluck estudie retrasarla, tal y como sugiere la Comisión Electoral. Esa posibilidad se discutirá en una reunión que la mandataria celebrará mañana con diferentes partidos políticos, pero el líder de las movilizaciones, Suthep Thaugsuban, ya ha asegurado que no asistirá. «No hay nada que negociar», dijo.
De hecho, Suthep aseguró que se equivocan quienes creen que los manifestantes se terminarán cansando y abandonarán su empeño de boicotear las elecciones y de provocar la dimisión de Yingluck para instaurar un comité popular que impulse una reforma del actual sistema político. «Seguiremos cerrando la ciudad hasta que venzamos», sentenció.
Afortunadamente, ayer no se vivieron episodios violentos y las manifestaciones transcurrieron de forma pacífica, en un ambiente festivo dominado por los colores rojo, azul y blanco de la enseña nacional. Pero muchos temen que, si Yingluck no cede a las demandas de Suthep, la tensión escale.
Ayer varios grupos de manifestantes aseguraron que mañana tratarán de bloquear el cuartel general de la autoridad que controla el espacio aéreo del país, algo que podría poner en grave peligro no sólo los vuelos de ese momento, sino la economía de todo el país. La respuesta ha sido contundente: quien lo intente se enfrenta a penas de hasta 15 años de cárcel.
«Por favor, no entorpezcan las operaciones de Aerothai. No tomen al país como rehén», suplicó el ministro de Transporte Chadchat Sittiput. En cualquier caso, diferentes organizaciones ya avanzan que las pérdidas por las turbulencias políticas serán elevadas, tanto en el turismo como en el sector industrial, cuya confianza en la solidez del país cae en picado.